Sicario del Tren de Aragua viaja en taxi desde Santiago hasta Perú tras ser liberado por error en Chile
- owenvalencia20
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura

La alarmante escapada de uno de los criminales más peligrosos vinculados al Tren de Aragua ha puesto en evidencia las fragilidades del sistema penitenciario y migratorio en Sudamérica. Alberto Carlos Mejía Hernández, de 18 años y considerado uno de los sicarios más buscados de Chile, logró escapar de la cárcel en Santiago y, en un recorrido que desafía toda lógica, cruzó la frontera peruana en taxi, pagando más de S/9,000 en un trayecto de aproximadamente 20 horas.
Mejía, quien en realidad respondía al alias de Osmar Ferrer Ramírez, fue liberado el 11 de julio en una confusión administrativa. La información oficial señala que Gendarmería de Chile, a pesar de tener conocimiento de un aviso previo, emitió su libertad por un error en los oficios judiciales. La noticia generó conmoción en Chile y en el resto del continente, pues se trata de un detenido vinculado al Tren de Aragua, organización criminal transnacional con presencia en varias naciones sudamericanas.
El joven, que en su paso por Chile estuvo en la prisión "Santiago 1", salió caminando por la puerta principal y, sin ser detectado, inició un recorrido que incluyó varias ciudades. Tras pagar una suma cercana a los S/9,300, tomó diferentes taxis en su ruta hacia el norte del continente. En Iquique y Arica abordó otros vehículos, cruzando ilegalmente la frontera en un paso no habilitado cercano a Chacalluta.

La periodista chilena Marcela Rojas reveló que la ruta del joven evidencia una red organizada que facilita estos traslados, y que incluso, al llegar a Tacna, habría sido recibido por miembros del Tren de Aragua. Esto podría indicar que Mejía no actuaba solo, sino bajo la coordinación de la organización criminal, que tiene como meta seguir su avance hacia otros países, como Colombia y Costa Rica, o incluso regresar a Venezuela, donde las extradiciones son casi imposibles.
El caso ha causado un revuelo internacional, especialmente dado el riesgo que representa la presencia de integrantes del Tren de Aragua en los países de la región, y pone en duda la efectividad de los protocolos actuales en materia penitenciaria y migratoria.