La libertad de prensa
- owenvalencia20
- 12 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Cuando empezaba a tener conciencia de la vida, también empezaba el interés por los medios de comunicación. Siempre generó en mí, mucho interés ver a personas que “luchaban contra el poder”. Esas personas que se enfrentaban a quienes, en algún poder del Estado, podrían aprovechar para sacar ventaja sobre los ciudadanos comunes. Esos personajes que entregaban sus vidas por sus familias buscando sostener dignamente a quienes estaban a su cuidado, pero no sé si mi juventud no me permitía ver más allá de lo que mis deseos e ilusión me permitían.

A través de los años, ya más empapado de lo que en un comienzo me llenaba de curiosidad, he descubierto que la prensa es otro poder. Otro poder quizá con mucha más fuerza que los del Estado. En este último siempre estarán solos en busca de sus intereses, con suerte consiguen a un puñado de cómplices que les permitan llegar a esos objetivos que los hacen sentir poderosos política como económicamente, cegándolos ante la realidad, no les permite ver que viven a costa de sangre ajena, pero finalmente solos, sin el apoyo del pueblo, muchos menos con la credibilidad de un país que, con mucha confianza y esperanza, los puso en ese lugar.
La prensa es distinta, es otro poder porque puede destrozar desde la honra de una persona hasta gobiernos, sin importarle absolutamente nada. Tienen los mismos defectos que los políticos, van en busca de sus intereses, desde la ideología - la cual muchos periodistas la utilizan - hasta alinearse a la empresa donde trabajan. Si la empresa donde trabajan tiene una línea política, pues sus periodistas se alinean a ella. Ilusos los que pensamos en algún momento que la voz de la prensa era la voz del pueblo.
Pobre de aquellos que se atrevan a expresar alguna idea en contra de la prensa, estos activan la maquinaria hasta desaparecerte, no interesa que tu opinión sea verdad o no, siempre tendrán la razón, jamás se equivocan y, en el caso que se demuestre lo contrario no interesa porque ya habrán conseguido el objetivo que buscaban. Se acordarán cuando Mauricio Mulder deseaba promulgar la ley que impidiera el pago del Gobierno a través de los medios de comunicación para pago de publicidad, digamos lo que hacía Montesinos, pero ahora con factura ¿Se imaginan ser dueño o accionistas de un medio de comunicación y recibir millones de soles del Gobierno por publicidad y, en tu sección de programas políticos o noticieros expongas todas las bajezas de quien mes a mes te gira un jugoso cheque? Por lo menos genera mucha suspicacia este tipo de relaciones comerciales, por lo menos es dudoso.

En el abuso de su poder - hablo de la prensa - empezaron una campaña contra el congresista. El principal argumento era que los peruanos no tendríamos acceso a información crucial, que el gobierno quería callar y reprimir a la prensa, penoso argumento ya que, justo en el tiempo donde tenemos muchas herramientas de comunicación quieran hacer creer a la gente que solo a través de ellos podemos informarnos. Lo que está claro, para mí al menos, es que veían peligrar ese cheque tan apetecible que aparecía cada mes.
Me siento decepcionado de la prensa, perdón por generalizar, pero me queda claro que estamos ante el cuarto poder y que, si no hacemos nada, le seguirán creciendo los tentáculos. Ahora bien, si he tocado a la prensa por el lado económico, más penoso es ver quienes utilizan esta hermosa profesión por temas ideológicos, aquellos que minimizan, insultan y hasta menosprecian a quienes no están en su vereda, cuando uno lo que más espera de un periodista es la imparcialidad. Ahora no, ahora se juntan entre quienes piensan igual se preguntan y se responden solos, no tenemos la oportunidad de ver un enfrentamiento de ideas, lo que vemos es un adoctrinamiento.
Claro está que solo influyen a quienes deciden no cuestionar lo que escuchan o leen, no solo destruyen a quienes no piensan como ellos, son capaces de ocultar o minimizar cualquier crecimiento impulsado por “los de otro bando”. No les importa contribuir con el país, les importa que lo hagan solo como ellos quieren hacerlo y, cuando queremos crecer, no hay forma se hacerlo de una sola manera, todos debemos contribuir. No quiero terminar sin disculparme por la generalización, sé que hay muy buenos periodistas que desean contribuir con el crecimiento del país, exponiendo a quienes, con sus triquiñuelas pretenden aprovecharse de este sistema democrático tan débil, pero siento que cada vez son menos.
Espero y deseo que aquellos que aún creen que esta profesión puede contribuir mucho con el país, no dejen de luchar contra aquellos que solo quieren sacar provecho del sistema.