Un mozo y su amigo orquestan un robo de más de 600 mil soles

En una impactante revelación, se ha destapado un elaborado esquema de robo orquestado por Agustín Yaya, conocido como el ‘mozo de las estrellas’, quien logró sustraer más de 613 mil soles de un exclusivo restaurante de comida japonesa situado en Miraflores, lugar donde laboró durante dos años. Gracias a su carisma y a la confianza que generó tanto en su jefe como en los clientes, el joven de 30 años se relacionó con personalidades del espectáculo y del deporte, proporcionando la fachada perfecta para sus fechorías.

Yaya, que hasta hace poco era elogiado por su trabajo y su facilidad de acercamiento a famosos como Gisela Valcárcel y Paolo Guerrero, utilizó aplicaciones móviles como Yape y dispositivos POS para canalizar el dinero robado. "Sustraía el dinero a través de aplicativos Yape o vía POS que él tenía. Lo enviaba a su amigo y lo repartían en partes iguales", explicó el comandante Gustavo Bustamante de la División de Investigación Contra el Crimen Organizado (Divincco).

Su estrategia fue metódica: se realizaron más de 50 depósitos, comenzando con una cantidad inicial de 11 mil soles. Sin embargo, la suerte de Yaya pronto se agotó cuando su jefe notó irregularidades en las cuentas y decidió presentar una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Ciberdelincuencia. Este fue el primer paso que llevó a desmantelar lo que las autoridades ahora llaman ‘Los Cibernéticos del Sur’.

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Las investigaciones revelaron que Agustín contó con la complicidad de su amigo David Sáenz, quien le prestó su cuenta bancaria para depositar el dinero robado. Durante los registros en sus domicilios, la policía confiscó un Volkswagen, una motocicleta, tecnología diversa y botellas de licores de alta gama, evidencias del estilo de vida ostentoso que se permitió vivir con el dinero mal habido.

La historia de Yaya ha causado revuelo no solo por la magnitud del robo, sino también por la imagen que proyectaba en redes sociales, donde se mostraba junto a celebrities. "Hubo más de 50 depósitos", reiteró Bustamante, ilustrando la escala de la operación delictiva. Con ese trasfondo, queda cuestionada la confianza que se puede tener en aquellos que parecen ser parte de nuestro círculo social, mientras se eleva un alerta sobre la vulnerabilidad de los sistemas de pago digitales.