Detienen al sicario tras ataque a plena luz del día en Bayóvar; participación de vecinos y serenos
- owenvalencia20
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En San Juan de Lurigancho, a las 3:21 p.m. del último domingo, una escena habitual de la vida diaria se convirtió en un hecho violento que movilizó a la ciudad. En plena avenida Bayóvar, un ciudadano extranjero de 41 años fue abatido dentro de su vehículo mientras compartía un helado con su esposa. El crimen, ocurrido a plena luz del día, transformó la rutina de los transeúntes en una carrera contrarreloj y puso en evidencia la eficacia de la coordinación entre la ciudadanía, los serenos y las fuerzas de seguridad.
El disparo fue directo y devastador. La víctima quedó gravemente herida dentro del automóvil, mientras el agresor, también extranjero, comenzó una fuga que se convirtió en un operativo de alto impacto para las autoridades. Las cámaras de videovigilancia y varios testigos que no desistieron de grabar lo ocurrido permitieron reconstruir el itinerario del sospechoso.
La huida inició en una miniván amarilla que se alejó por la avenida Bayóvar, durante el recorrido amenazó a quienes intentaban grabarlo con sus celulares y redujo su paso a cada cuadra, perseguido por unidades de Serenazgo que se activaron de inmediato. Momentos después, el atacante dejó la miniván en la intersección de Los Sociólogos con Los Ingenieros y continuó a pie, decidido a no dejarse capturar.
En su intento por escapar, el sospechoso intentó subir a un mototaxi en la avenida Wiese, pero el conductor se negó ante la actitud sospechosa y la persecución siguió en marcha. Un sereno, al interceptarlo en una esquina, lo confrontó y recibió un disparo a quemarropa; otro agente intentó cerrar su paso y, en medio del caos, el atacante intentó apoderarse de una motocicleta oficial para continuar la huida.
La persecución se convirtió en un enfrentamiento directo. El sicario avanzaba con disparos, mientras los serenos trataban de cercarlo sin perderlo de vista. Los vecinos, desde las veredas y esquinas, siguieron cada movimiento con atención, haciendo de testigos y, en muchos casos, de actores involuntarios de la detención.
A las 3:27 p.m., la fuga llegó a su fin. Cuando el sospechoso trató de escapar en un auto blanco, un vecino arrojó un objeto que desestabilizó al sujeto. En ese instante, un taxista aprovechó para quitarle el arma. Reducido en el suelo, fue rodeado por serenos y transeúntes que impidieron que se reincorporara. Poco después, la Policía Nacional llegó para asegurar la zona y realizar la detención formal.

El detenido fue identificado como Jhon Geiker Rojas Rivera. En el lugar se encontraron tres casquillos de bala y la miniván amarilla, abandonada, que resultó clave para las investigaciones en curso. Según la versión difundida por la Brigada Especial contra el Crimen, el detenido afirmó haber actuado motivado por una presunta venganza: habría dicho que la víctima, Joel Segundo Gonzales Pereza, habría ultrajado a su hermana en su país de origen, motivo por el que viajó al Perú para “saldar cuentas”. Esta versión fue transmitida a las autoridades correspondientes.
La viuda de la víctima afirmó que no conocía a su agresor y sostuvo que fueron sorprendidos por un atacante encapuchado que les sembró el miedo y disparó de forma directa mientras estaban estacionados. El personal médico del hospital de Canto Grande confirmó el fallecimiento de la mujer poco después del traslado.
La Policía Nacional indicó que las investigaciones siguen abiertas y que no se ha descartado ninguna hipótesis. Lo que sí quedó claro es que la detención del sicario fue posible gracias a la cooperación entre vecinos, serenos y transeúntes que, aun temiendo por su seguridad, eligieron actuar en lugar de mirar hacia otro lado.

