Trump suaviza aranceles y brinda estímulos para producir autos y componentes en EE. UU.
- owenvalencia20
- 30 abr
- 2 Min. de lectura

En un movimiento que busca equilibrar la protección de la industria automotriz estadounidense con la estabilidad de las operaciones, el presidente Donald Trump anunció este martes un alivio temporal en los aranceles que gravan la importación de vehículos y componentes. En el contexto de los primeros 100 días de su segundo mandato, la medida pretende responder a las preocupaciones del sector ante las recientes elevaciones arancelarias, al mismo tiempo que fomenta una transición hacia una mayor producción interna.
Desde el pasado 3 de abril, Estados Unidos impuso un arancel del 25% sobre las importaciones de vehículos, con excepciones para las piezas provenientes de Canadá y México bajo el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sin embargo, la reciente disposición elimina la "superposición" de aranceles, de modo que si un automóvil ya paga este 25%, no se le aplicarán cargos adicionales por componentes como el acero o el aluminio, simplificando así el proceso para los fabricantes.
El mandatario también firmó un decreto que brinda un plazo de dos años para que las compañías reorganicen sus cadenas de suministro en EE. UU., alineándose con una estrategia de fortalecimiento de la producción local. Durante este período, las empresas podrán recuperar parcialmente los aranceles pagados: un 15% del valor del vehículo en el primer año y un 10% en el siguiente, ofreciendo un incentivo para mantener y reubicar operaciones dentro del país. Después de esos dos años, los reembolsos cesarán, marcando una transición hacia una mayor autosuficiencia industrial.
"Solo queríamos ayudarlos en esta pequeña transición. Quiero que fabriquen sus piezas aquí, pero les di un poco de tiempo", expresó Trump durante un evento en Warren, Michigan. La ciudad, conocida por su profunda historia en la industria automotriz, fue el escenario donde el mandatario destacó la importancia de fortalecer la producción nacional como un pilar de seguridad y autonomía estratégica.
Según la Casa Blanca, la finalidad detrás de estas medidas es "proteger la seguridad nacional fomentando la producción de automóviles en Estados Unidos y disminuyendo la dependencia de las importaciones extranjeras". La administración busca reducir la vulnerabilidad de la economía ante posibles disrupciones en la cadena global que puedan afectar el suministro y la competitividad de la industria local.

El Consejo de Política Automotriz, que agrupa a gigantes como General Motors, Ford y Stellantis, recibió la anuncio con un matiz de alivio, calificando la eliminación de la superposición de aranceles como una "preocupación significativa". Desde hace décadas, la participación de la producción local ha disminuido: en 1985, casi el 97% de los vehículos vendidos en EE. UU. eran fabricados en el país. En contraste, en 2024 aproximadamente la mitad de los 16 millones de autos adquiridos fueron importados, una tendencia que la nueva política intenta revertir.
No obstante, la norma no especifica cómo se gestionarán las importaciones provenientes de China, especialmente en el caso de los vehículos eléctricos, que podrían verse sometidos a aranceles de hasta el 245%. Esto deja abierta una incógnita sobre el impacto futuro en el mercado de autos eléctricos y las relaciones comerciales con ese país.
En definitiva, las decisiones de Trump reflejan un esfuerzo por equilibrar la protección del sector automotor, que afronta transformaciones y desafíos globales, con la necesidad de mantener la competitividad del país en un escenario económico cada vez más interconectado.




