La presidenta sigue cayendo: solo el 2% aprueba a Dina Boluarte.

En un escenario sin precedentes en la historia política reciente del Perú, la aprobación de la presidenta Dina Boluarte ha alcanzado niveles extremadamente bajos, despertando alarma en diversos sectores del país y generando un debate sobre la legitimidad y la gestión de su gobierno. Según la última encuesta de Ipsos para Perú21, solo un escaso 2% de la población aprueba la gestión de Boluarte, mientras que la desaprobación alcanza un demoledor 94%, cifras que reflejan un profundo rechazo ciudadano a sus políticas y a la forma en que afronta los problemas sociales y políticos del país.

Guillermo Loli, director de Opinión de Ipsos, afirmó que “nunca en la historia reciente se ha registrado una tendencia tan constante y negativa en la aprobación de un mandatario en Perú”. La cifra de aceptación, que en ningún momento supera el 4%, se volvió aún más crítica después del fatídico 5 de mayo, cuando 13 mineros fueron asesinados en Pataz, La Libertad. La encuesta, realizada justo después de estos hechos, revela que el asesinato de los trabajadores mineros fue un factor importante que agravó la percepción negativa hacia la mandataria, vinculando directamente su gestión con la crisis social y de seguridad en el país.

Rechazo del 94% y aprobación de solo 2%, revela Ipsos

Desde que asumió el cargo, Boluarte viene enfrentando un rechazo masivo que no ha tenido pausa. “Este es un récord histórico —comentó Loli—. Nosotros hacemos encuestas desde hace más de 30 años, y nunca se había visto una aprobación tan baja ni una desaprobación tan alta por tanto tiempo”. La tendencia negativa, que lleva ya más de nueve meses, refuerza la percepción de una crisis de legitimidad que la misma población vincula con su inacción frente a incidentes como el de Pataz.

El rechazo no solo se refleja en las cifras. Para el analista, “hay un desencanto profundo con su liderazgo, y en gran medida, esto tiene que ver con la percepción pública de que el gobierno no ha sabido gestionar ni responder a los problemas más urgentes, como lo ocurrido en Pataz”.

Guillermo Loli destaca que la condición actual de Boluarte puede variar en un rango entre un 0 y un 4%, debido al margen de error del estudio, que es de +/- 2.8%. Esto quiere decir que, en la práctica, su aprobación podría estarse cercando al 0%. “Esto evidencia un serio problema de legitimidad”, afirmó el especialista, y agregó que, aunque en términos legales mantiene su cargo por cumplir con los requisitos constitucionales, en el plano social y político, “su respaldo es prácticamente nulo”.

El director de Opinión explica que una de las principales causas por las que no hay un cambio de mandatario, a pesar del rechazo, es la falta de interés del Congreso en promoverlo. “Nadie quiere asumir un interinato prolongado en medio de una crisis, y más bien, algunos parlamentarios ya piensan en su reelección en octubre. La estabilidad institucional parece estar en jaque”, agregó.

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El nivel de rechazo a Boluarte refleja un país en crisis, donde las protestas y manifestaciones continúan siendo recurrentes, y las heridas sociales aún están latentes. La percepción generalizada es que la gestión presidencial no ha logrado ofrecer soluciones concretas ni respuestas efectivas en momentos críticos, como el sucedido en Pataz, que ha marcado un punto de inflexión en la caída libre de la presidenta.

Mientras tanto, sectores políticos y sociales se cuestionan qué pasará si esta tendencia continúa. La duda sobre cuánto más puede caer la popularidad de Boluarte y si ello derivará en cambios institucionales o reordenamientos políticos sigue en el aire. Por ahora, la percepción —según la encuesta— se mantiene en un nivel de severo rechazo, y la población parece agotada de las promesas incumplidas y las crisis recurrentes que operan en su escenario político.