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Montesinos podría abandonar la cárcel tras cumplir 80 años

  • owenvalencia20
  • hace 1 minuto
  • 2 Min. de lectura

Vladimiro Montesinos, figura emblemática de la política y la corrupción en el Perú, podría beneficiarse de la ley 32181 y dejar el penal donde cumple sus condenas para acogerse a la figura del arresto domiciliario o recibir una libertad condicional con restricciones. La condición de haber cumplido 80 años, que cumplió el pasado 20 de mayo, le abre una puerta en la legislación para acceder a medidas sustitutivas a la prisión, pero todo dependerá de una evaluación judicial minuciosa y un análisis de su situación legal y física.


¿Qué establece la ley 32181 para los mayores de 80?


El expresidente del Tribunal Constitucional, Víctor García Toma, aclara que la ley contempla la posibilidad de que personas mayores de esa edad puedan recibir beneficios penitenciarios, pero también advierte que “se debe alegar además una condición física o intelectual deficiente que justifique una medida humanitaria”. Es decir, no basta con la edad, sino que deben cumplirse otros requisitos para que un juez pueda otorgar la medida.


Por su parte, el exfiscal Martín Salas, especializado en casos de corrupción, puntualiza que Montesinos tiene múltiples condenas, algunas aún en proceso de apelación. “Es imprescindible verificar si existen procesos pendientes en segunda instancia antes de conceder cualquier beneficio”, señala, dejando en claro que la situación legal del exasesor puede complicar su camino hacia la libertad.


¿Qué condiciones pondría un tribunal?


Uno de los puntos más delicados de una eventual decisión sería la posible influencia política que Montesinos podría mantener desde su residencia. Salas advierte que sería fundamental establecer “límites estrictos sobre quiénes pueden visitarlo y en qué condiciones”, para evitar cualquier riesgo de manipulación o delitos desde el interior de su hogar. “El juez debe definir claramente quién entra y cómo se controla esa visita”, indica.


Casos similares en el país muestran que la ley no es automática. Como el de Alejandro Toledo, cuyo pedido de libertad fue rechazado por no tener sentencia firme. “Para que aplique, se requiere que exista una sentencia definitiva”, explica el juez Richard Concepción Carhuancho, en relación a los beneficios penitenciarios.


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La posible salida de Montesinos del penal se presenta como un proceso que requiere análisis exhaustivos y reglas claras, especialmente considerando su historial y el contexto político. La ley, en teoría, ofrece una oportunidad, pero en la práctica, cada caso será evaluado con lupa por los jueces, que deberán balancear los derechos humanitarios con los riesgos de una eventual influencia sobre la política y la justicia en el país.

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