La cédula de votación más grande de la historia: logística y escrutinio a prueba ante más de 9.500 candidatos

En las elecciones generales del 12 de abril de 2026, el Perú volverá a mirar de cerca a sus candidatos. Las proyecciones iniciales señalan un fenómeno inédito en las últimas décadas: más de 10.000 postulantes de 39 organizaciones políticas aptas pretenden ocupar cargos en el nuevo esquema bicameral, que incluye Cámara de Diputados y Senado, además de escaños en el Parlamento Andino. Este torrente de candidaturas, estimado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), anticipa una campaña extensa y compleja para las instituciones y los votantes.

La cifra preliminar contempla 117 personas para la fórmula presidencial (presidente y dos vicepresidentes) y 624 para el Parlamento Andino (cinco titulares y diez suplentes). Sumando estas candidaturas, se originaría un total de 741 candidaturas que podrían competir en esas instancias, condicionado a que las 39 organizaciones decidan presentar listas para esos cargos. A esa base se sumarán, según las estimaciones, 9.516 aspirantes al Congreso bicameral, cargo en el que la ley obliga a las agrupaciones a postular de modo coordinado para cada escaño. Si alguna organización no se presenta, podría perder su inscripción.

Entre los 9.516 candidaturas al Congreso bicameral, 6.162 aspirarán a la Cámara de Diputados (130 escaños) y 3.354 competirán por el Senado (60 curules). Román Campos, vocero del JNE, explicó a La República que, para simplificar el panorama, cada una de las 39 organizaciones políticas tendría que presentar a nivel nacional aproximadamente 158 candidaturas para diputados y 56 para senadores, considerando las reglas de paridad y alternancia de género. Con ello, la cifra total de postulantes al Congreso bicameral alcanzaría 9.516, a la que se sumarían posibles 714 candidaturas para la fórmula presidencial y el Parlamento Andino, para un total potencial de 10.257 candidaturas en el conjunto de todo el proceso electoral.

Este volumen es inédito: ningún ciclo anterior, incluso con estructuras bicamerales, había mostrado una competencia tan amplia entre 39 organizaciones políticas. En respuesta, ONPE ha diseñado una cédula de votación de grandes dimensiones que, por su magnitud, representa un reto logístico sin precedentes.

La pregunta que subyace es: ¿cómo se llega a este volumen tan elevado de candidaturas? Según el JNE, hay varias razones. Entre ellas, la posibilidad de formar alianzas electorales se redujo significativamente respecto a consultas pasadas. Solo tres alianzas podrían consolidarse entre 43 partidos aptos: Fuerza y Libertad, Unidad Nacional y Alianza Electoral Venceremos. El portavoz añade que el sistema partidario peruano refleja una realidad fragmentada, con múltiples matices regionales y nacionales que dificultan la conformación de coaliciones estables.

El análisis de especialistas complementa la lectura. Fernando Tuesta Soldevilla, exjefe de la ONPE y académico de la PUCP, recuerda que en la historia reciente del Perú las alianzas no han sido una práctica común para acceder al poder. “La última coalición relevante ocurrió en 1963”, señala, y añade que la mayoría de las coaliciones que sí existieron no consiguieron formar gobierno, lo cual desincentiva la construcción de grandes pactos en la actualidad.

José Naupari, experto en derecho electoral, observa que la situación refleja caudillismo, personalismo y pragmatismo propios de la política peruana. Subraya que la baja de umbrales para participación y la obligación de participación de los partidos en las elecciones favorecen una mayor cantidad de candidaturas. “El problema no es la cantidad en sí, sino la ausencia de filtros eficaces, como primarias robustas que obliguen a rendir cuentas y filtren candidaturas débiles”, comenta.

El panorama, advierten los analistas, plantea también una importante carga para la cédula de votación y un proceso electoral que requerirá una capacidad logística y de escrutinio a la altura de la magnitud de estas candidaturas. Tuesta recuerda que se esperan retos logísticos, de capacitación y de información, que podrían impactar tanto a candidaturas como a votantes.

Román Campos, portavoz del JNE, señala que la entidad está preparada para afrontar el volumen sin precedentes de candidaturas. Aunque el panorama es desafiante, el compromiso es garantizar una organización electoral que funcione con transparencia y eficiencia. Entre tanto, la ciudadanía y las propias agrupaciones deberán adaptarse a un periodo de campaña intenso, con un calendario que se extenderá más allá de los meses previos a la votación.

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Entre los electores, hay un segmento relevante que participará por primera vez: se estima que unos 2,5 millones de votantes jóvenes integran el padrón de 27 millones de electores y compondrán una franja significativa del electorado que definirá el rumbo del país. Carmen Velarde, titular del Reniec, confirmó que ya se entregó el padrón inicial al JNE y que las listas pueden consultarse en la plataforma oficial del Reniec para verificar datos, con atención especial a quienes residen en zonas con menor conectividad.

La fecha de la contienda electoral y la magnitud de las candidaturas transforman, de hecho, el panorama electoral. Si bien todavía existen incógnitas sobre alianzas futuras y la composición final de las candidaturas, lo cierto es que el proceso electoral de 2026 promete ser uno de los más complejos y observados de los últimos años.