El presidente Petro exige dignidad para migrantes, pero EE.UU. responde con cierre de embajada

En un giro significativo en las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro anunció la prohibición de entrada a aviones militares estadounidenses que transportaban migrantes colombianos deportados. Petro subrayó la importancia de tratar a los migrantes con dignidad, afirmando que "un migrante no es un delincuente" y que debe ser recibido en aviones civiles, sin ser sometido a un trato que los deshumanice.

La medida de Petro se produce en un contexto donde Estados Unidos había dejado de deportar migrantes irregulares a Colombia desde la llegada al poder de Donald Trump. Aunque no se han precisado los detalles sobre cuántos vuelos o migrantes estaban involucrados, la postura del presidente colombiano ha generado reacciones inmediatas desde Washington.

En respuesta a esta decisión, la embajada de Estados Unidos ha anunciado el cierre de su sección de trámites de visas, efectivo desde el 26 de enero. Un representante del Departamento de Estado mencionó que esta acción es una represalia por la negativa del presidente Petro a aceptar vuelos previamente autorizados para deportar colombianos. Además, advirtió que se implementarán más medidas en el futuro.

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En una coincidencia que tensa aún más la situación diplomática, el gobierno de Brasil ha anunciado que solicitará a Estados Unidos una explicación sobre el "trato denigrante" recibido por migrantes brasileños en similar situación. Los deportados denunciaron haber sido esposados y sometidos a condiciones inhumanas durante su vuelo, lo que ha provocado una ola de indignación tanto en Brasil como en la comunidad internacional.

Mientras las tensiones aumentan, tanto Petro como el gobierno brasileño subrayan la importancia del respeto y la dignidad en el manejo de la migración, destacando la necesidad de abordar este complejo tema con más humanidad.