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Dina Boluarte ratifica compra de aviones de guerra por US$3,500 millones

  • owenvalencia20
  • 1 jul.
  • 2 Min. de lectura

Este martes 1 de julio, la presidenta Dina Boluarte anunció oficialmente que su gobierno dará inicio al proceso de compra de aviones de guerra destinados a renovar la flota de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). La decisión, que implica una inversión de aproximadamente 3,500 millones de dólares, forma parte de un plan estratégico para modernizar y fortalecer la capacidad militar del país, en línea con las demandas de la institución militar y en el marco de un contexto de retos en materia de seguridad.


Durante la ceremonia por los 40 años del sistema Mirage 2000, en la base de La Joya, en Arequipa, Boluarte afirmó que esta medida responde a un "pedido largamente esperado" de la FAP para mantenerse preparada ante eventuales amenazas externas e internas. La mandataria resaltó que la renovación busca "responder a las necesidades de una institución que, desde su creación, ha defendido la soberanía y la integridad territorial del país con compromiso y patriotismo".


En los últimos días, las gestiones para cerrar el proceso de compra estaban en su fase final, con reuniones entre funcionarios del Ministerio de Defensa y directivos de Saab, fabricante sueco del avión Gripen E, en Brasil y en el Pentágono. Se espera que la decisión sea oficial en próximos días a través de un decreto supremo que declare la compra de interés nacional.


El argumento oficial para la adquisición, expresada por fuentes del Ministerio de Defensa, es que "si queremos garantizar la paz, debemos estar preparados para la guerra". El viceministro de Políticas para la Defensa, César Torres, en su calidad de excomandante de la FAP, afirmó que los nuevos aviones cumplirán principalmente una función de disuasión para mantener la soberanía nacional.

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Fuentes en Suecia confirmaron que la opción elegida sería el Gripen E de Saab, descartando modelos como el F-16 Block 70 o el Rafale de Francia, los cuales, si bien tienen mayor experiencia en combate, serían más costosos y menos interoperables. La decisión refleja un equilibrio entre costo, tecnología y compatibilidad con las capacidades militares del Perú.


Esta compra, que marcó un anuncio presidencial, representa una de las inversiones militares más grandes en décadas y será clave para la estrategia de defensa del país en los próximos años, en un escenario de crecientes desafíos de seguridad en la región.


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