“Una vida, una llamada de atención”: el clamor de la Iglesia ante la crisis de seguridad

En medio de la paralización de transportistas motivada por la creciente inseguridad ciudadana, el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, hizo un enérgico llamado a autoridades y a la población para actuar con empatía y unidad ante el dolor de las víctimas de la violencia. El líder religioso subrayó que las protestas reflejan el sentimiento de abandono de una ciudadanía que percibe ineficacia estatal para frenar la ola de asesinatos y extorsiones que golpea Lima y Callao.

Castillo analizó la compleja situación de los transportistas, que han recurrido al paro como una medida de fuerza para expresar su malestar. “Nacen porque se siente abandono”, afirmó, reconociendo que, aunque las medidas pueden generar complicaciones, deben entenderse en su contexto social. En palabras del arzobispo, “Los hermanos choferes han querido manifestarse con un signo fuerte, pero que también debe entenderse como un clamor ante la injusticia”.

A la hora de evaluar la gravedad de la crisis, el líder religioso fue claro: “Una sola vida requiere inmediatamente una llamada de atención, un intento de hacer algo”. Además, advirtió que las reacciones más contundentes surgen cuando perciben que no hay respuestas suficientes por parte de los encargados y responsables. Subrayó que, si bien las protestas deben ser pacíficas y ordenadas, no puede haber indiferencia en un país que atraviesa una etapa extremadamente difícil, en la que la muerte “sella terriblemente nuestras vidas”.

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Concluyó enfatizando la necesidad de empatía y diálogo entre autoridades y gremios para encontrar soluciones que reduzcan la violencia y permitan una convivencia más segura para todos los habitantes de Lima y Callao.