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Terremoto en Afganistán: 1.411 muertos y más de 3.100 heridos; la cifra podría subir

  • owenvalencia20
  • hace 9 horas
  • 2 Min. de lectura

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Afganistán atraviesa una de las peores tragedias de los últimos años después del sismo de magnitud 6,0 que sacudió la provincia oriental de Kunar y zonas aledañas, dejando un número de víctimas que, según el Gobierno talibán, asciende a 1.411 fallecidos y 3.124 personas con heridas de diversa gravedad. Enfatizan las autoridades que los distritos más golpeados son Nurgal, Chawki y Asadabad, próximos a la frontera con Pakistán, donde más de 5.400 viviendas fueron reducidas a escombros.


La Media Luna Roja Afgana advierte que siguen quedando personas atrapadas entre los escombros, mientras los equipos de rescate trabajan contrarreloj para liberar a quienes aún necesitan atención médica urgente. Indrika Ratwatte, coordinadora humanitaria de la ONU en Afganistán, advirtió que la cifra de víctimas “probablemente aumentará” y estimó que el número de afectados supera ya las 12.000 personas. La magnitud de la emergencia se agrava por las difíciles condiciones en que operan los equipos de socorro: deslizamientos de tierra, carreteras intransitables y un sistema sanitario con recursos limitados.


Las escenas en las zonas afectadas muestran emergencias que se multiplican por minuto: ambulancias y helicópteros precariamente coordinados, filas que se extienden por kilómetros para acceder a centros médicos y rutas montañosas que se vuelven inaccesibles por escombros y caída de rocas. En Nangarhar, Jalalabad y otras localidades cercanas, se reportan imágenes de hospitales desbordados y de comunidades enteras improvisando refugios temporales.


La respuesta internacional llega con urgencia. La Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) ha determinado necesidades inmediatas: refugios temporales, agua potable, medicinas y alimentos de emergencia. En una respuesta rápida, la ONU liberó 5 millones de dólares de su fondo global para afrontar la contingencia. Entre los donantes destacados se cuentan el Reino Unido, que anunció una ayuda de un millón de libras, y la India, que envió carpas y suministros alimentarios. También han expresado su apoyo China, Pakistán, Irán, Egipto y la Unión Europea.


A nivel nacional, el desafío es doble: recuperar vidas y evitar que la catástrofe se agrave en las próximas semanas. El país atraviesa una crisis económica marcada por un debilitamiento del sistema sanitario, restricciones impuestas por el régimen talibán y una reducción de la cooperación internacional en años recientes. Las autoridades afganas, con recursos limitados, dependen ahora de la ayuda externa para atender a los damnificados y garantizar la continuidad de servicios básicos como agua, alimentación y atención médica. En este contexto, la coordinación entre autoridades locales, agencias humanitarias y comunidades afectadas es crucial para contener una crisis que amenaza con ampliar su huella en las próximas jornadas.

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Señal adicional de complejidad: las autoridades destacaron que la reconstrucción será un proceso prolongado y que la recuperación de infraestructuras esenciales —escuelas, hospitales, viviendas y vías de comunicación— requerirá esfuerzos coordinados y recursos significativos. Mientras tanto, las comunidades afectadas buscan refugio y asistencia básica para sobrevivir, a la espera de un aumento en la ayuda internacional y de un plan nacional que permita reducir la vulnerabilidad para futuros sismos.

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