Santiváñez en la mira: Álvarez exige claridad ante “acusaciones fiscales” y critica su gestión
- owenvalencia20
- hace 5 horas
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En una coyuntura marcada por controversialismo político y tensiones entre figuras del espectro público, el humorista y posible candidato presidencial para 2026, Carlos Álvarez, tomó la palabra para responder a recientes señalamientos en contra del ministro de Justicia, Juan José Santiváñez. Sus declaraciones, que cargan de ironía y dureza el tono, se han convertido en un nuevo capítulo de una polémica que persiste en la escena política peruana.
Santiváñez, en una entrevista reciente, afirmó que con el comediante no iría ni a la esquina ante la posibilidad de compartir una plancha presidencial. Los comentarios del ministro no quedaron ahí: añadió que “toda persona que piense ser candidato presidencial debe tener cierto grado de honestidad de quererse a uno mismo y salir del clóset”. En su intento por modular el mensaje, insistió en que “salir del clóset con sus ideas” podría ser su interpretación, lo que desató un nuevo e impropio juego de palabras entre el diálogo público y la retórica política.
En respuesta, Álvarez no se quedó quieto. El artista sostuvo que es Santiváñez quien “debería salir del closet de las acusaciones fiscales”, y añadió que “los 34 millones de peruanos que fueron ensangrentados con su desastrosa gestión como ministro del Interior tampoco saldrían con él”. Con un tono directo, afirmó que “otros son los que deberían salir del clóset de las acusaciones fiscales; ese clóset debe estar bien lleno de cosas, son trece carpetas fiscales las que enfrenta. Qué tal cuajo el del ministro. Ese clóset debe estar bien cargado. Es el clóset de la corrupción”.
Álvarez, afiliado a País para Todos, recordó episodios anteriores en los que el ministro habría aludido a él de forma poco cordial, incluso citando un audio en el que, según el humorista, Santiváñez habría puesto su voz en una grabación. “Él tiene una fijación conmigo, una fijación casi sexual conmigo, no sé qué le pasa al ministro”, dijo, en una frase que buscó subrayar la supuesta obsesión mediática que el titular del Minjus habría mostrado.
Cuestionó también el paso de Santiváñez por la cartera del Interior y su eventual regreso al gabinete tras una censura pública. “Dios nos coja confesados, esto es terrible, es una burla al país. ¿Cómo un ministro que fue censurado vuelve al gabinete? Claro, como el señor Santiváñez tiene madrina, todo le sale maravilloso. ¿Alguna vez cuando fue ministro del ‘interror’, lo vimos abrazando a una viuda, a una madre de alguna víctima de la criminalidad? No. Estuvo más preocupado en abrazar a su jefa Dina Boluarte”, remató el humorista.
El análisis de Álvarez no se limita a críticas personales: para él, las elecciones de abril de 2026 representan una oportunidad para encauzar el rumbo del país. “Eso no va a ser obra de una persona o de un partido; quien gane la Presidencia tiene que extender la mano a los peruanos que quieran el país. Hay que recuperar la dignidad, el respeto, la honestidad, el brillo de las instituciones democráticas”, afirmó.

La conversación pública entre Álvarez y Santiváñez se inscribe en un marco de tensiones entre el sector político y figuras del entretenimiento, donde el humor y la crítica se cruzan con acusaciones y llamados a la transparencia. Mientras el país atraviesa un periodo con desafíos institucionales, ambos personajes parecen representar dos enfoques distintos sobre cómo enfrentar la conversación pública: con ironía y crítica mordaz por un lado, y con un discurso de autoridad institucional por otro.
Este episodio pone de relieve la volatilidad de las narrativas políticas en el Perú actual, donde las declaraciones de figuras públicas pueden influir tanto en la opinión ciudadana como en la percepción internacional sobre la salud de la democracia. La expectativa de próximos anuncios y respuestas por parte de Santiváñez y de otros actores, incluyendo posibles candidatos, mantiene a buena parte del público y de los observadores atento a cada giro de la discusión.
Las palabras de Álvarez y las réplicas de Santiváñez dejan claro que, en un clima político cargado de confrontación, la disputa por la narrativa y la credibilidad de las instituciones continuará siendo tema central de análisis y cobertura periodística en los próximos meses.