Registros oficiales esconden obsequios millonarios a Boluarte; expertos cuestionan la normativa de control

Una revisión de registros oficiales de obsequios recibidos por la presidenta Dina Boluarte, realizada por equipos de investigación, arroja una escena que contrasta con la retórica pública sobre austeridad y transparencia. El listado, que van desde objetos protocolarios hasta presentes de lujo valuados en sumas considerables, incluye, entre otros items, una réplica de la estatua de bronce de Sanxingdui, sets de cosméticos coreanos y perfumes exclusivos de Dior. El conjunto de regalos refleja una diversidad de orígenes y rangos de valor que, a primera vista, reafirman la expectativa de que la figura presidencial maneja una relación especial con donaciones y atenciones de alto nivel.

“Los regalos de alto valor no deben escapar a un escrutinio riguroso”, señala un analista consultado para este reportaje. En el registro citado por la fuente, se mencionan perfumes de alta gama y cosméticos coreanos con valores que, en conjunto, llegan a cifras significativas. Sin embargo, el documento oficial, al que accedió el equipo de investigación, presenta omisiones que generan suspicacias sobre la integridad de la contabilidad de obsequios. En particular, no se detallan artículos polémicos que estuvieron en el centro de la conversación pública, como ciertos relojes “Rolex” supuestamente entregados por un gobernador regional, y otros obsequios que la mandataria habría mostrado en actos oficiales.

“Esta normativa actual, que surgió después de la controversia de los Rolex, es objeto de debate jurídico y político”, comenta la abogada Janeyri Boyer. “Se percibe como un marco que facilita la recepción de regalos de alto valor sin controles suficientemente claros, y podría permitir que, a la salida de la función, estos bienes terminen vinculados a intereses personales”. Las voces expertas apuntan a una laguna normativa que no impide que, en la práctica, un objeto recibido por la función pueda convertirse en un bien privado.

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La flexibilización de la norma de control de obsequios también alimenta preocupaciones sobre la transparencia. El politólogo José Carlos Requena subraya que la diferencia entre la esfera pública y la vida cotidiana de la presidenta se percibe como una “seria disociación” respecto a la realidad de millones de peruanos. En su análisis para el programa, afirma que la percepción de privilegios y la presencia de artículos de lujo en contextos oficiales fortalecen la sensación de que la población no ve reflejado ese gasto en mejoras tangibles de su vida diaria.

La revelación de estos obsequios y la omisión de ciertos elementos en los registros oficiales, sumadas a cambios recientes en las normas de control, han generado críticas sobre la gestión de bienes recibidos en función del cargo. Organismos de control y partidos de oposición han pedido mayor rigor en la documentación y en la publicidad de estos items, para evitar interpretaciones que alimenten la desconfianza pública. En respuesta, portavoces de la presidencia han reiterado que todos los obsequios siguen los procedimientos establecidos, y que la documentación disponible refleja fielmente lo ocurrido, al tiempo que sostienen que la normativa vigente está en revisión para reforzar la transparencia.