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Raúl Noblecilla, entre agravios y debate intenso en la Comisión Permanente

  • owenvalencia20
  • 21 nov
  • 2 Min. de lectura
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En la sesión de la Comisión Permanente del Congreso realizada ayer, el director de debates Waldemar Cerrón (Perú Libre) cedió la micrófono al abogado Raúl Noblecilla Olaechea, suspendido por una sala de la Corte Suprema por ejercicio de la profesión. Su intervención, defendiendo a la exexpremier Betssy Chávez Chino, provocó una ola de reacciones entre los parlamentarios, que calificaron sus palabras como provocadoras y contrarias al decoro del plenario.


La exposición de Noblecilla desató indignación entre varios grupos, especialmente contra la bancada de Fuerza Popular, como señalan los crujidos de una infografía que acompaña a este informe. Tras la sesión, horas más tarde, Renovación Popular presentó una moción de censura que logró reunir las firmas mínimas para su admisión. Aunque la moción fue votada en la jornada nocturna, no alcanzó los votos necesarios y quedó archivada, con la posibilidad de reanudar el trámite si se reitera la propuesta.


La vocera de Fuerza Popular, Patricia Juárez, anunció que la bancada podría evaluar una censura contra Waldemar Cerrón; sin embargo, la agrupación no alcanzó un acuerdo interno al cierre de la sesión.


Durante el breve debate, el legislador Edwin Martínez insistió en que condenar a un colega por “adjetivos de un orate” sería, en su criterio, perder el tiempo. Señaló que un político con experiencia debe saber tolerar palabras adversas y destacó que Noblecilla “solo viene a eso; a hacer su show, a ofender”. Agregó que muchos aplauden ese comportamiento y que “ese tipo no vale nada en el Perú”.


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Francis Paredes llamó la atención por la aparente ausencia de filtros al admitir a un abogado cuestionado, mientras que Flavio Cruz cuestionó: “¿Acaso no hay filtros para saber si ese abogado está colegiado o no está colegiado?”. En respuesta, Waldemar Cerrón defendió el uso de la palabra y calificó de “camarada” a Noblecilla, añadiendo que, si lo que se dijo no fuera cierto, “no tiene porqué afectarnos”.


El episodio reavivó el debate sobre los límites de la intervención de figuras externas en las sesiones y la responsabilidad de los parlamentarios ante expresiones que pueden inflamar debates y tensiones políticas. En las próximas semanas se espera un nuevo movimiento en torno a este hecho, con posibles llamados a revisar criterios de acceso a la palabra en la Comisión Permanente y el mecanismo de evaluación de la idoneidad de los abogados citados para apoyar a determinados asuntos.

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