Peritos: herida de Castro incompatible con autolesión; caso podría reabrir como homicidio
- owenvalencia20
- 29 sept
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Nuevos indicios apuntarían a que la muerte de José Miguel Castro, exgerente de Susana Villarán, podría haber sido un homicidio más que un suicidio, con el objetivo de silenciar al testigo clave sobre financiamiento de campañas y posibles coacciones. La información llega a cuentagotas a través de documentos periciales y declaraciones de familiares, mientras las autoridades evalúan nuevas líneas de investigación que podrían reconfigurar el cuadro penal del caso.
Según los hallazgos presentados por peritos legales en las últimas semanas, la trayectoria y las dimensiones de la herida encontrada en Castro —27 centímetros de longitud, con una anchura máxima de 5 centímetros y una profundidad de 4,5 centímetros— no coincidirían con un acto autoinfligido. La ubicación de la herida, entre cinco centímetros por debajo del ángulo mandibular y diez centímetros por encima de la horquilla esternal, así como la forma lineal y los bordes lisos, suscitan dudas sobre la versión de suicidio ofrecida inicialmente por la policía.
El criminólogo consultado por este medio, Miguel Pérez Arroyo, subrayó que la profundidad de la lesión comprometearterias de gran calibre, lo que haría improbable que Castro se la hubiera causado a sí mismo. “Es una herida que, por su naturaleza, sugiere cercenamiento o intervención externa”, sostuvo el experto, quien insistió en la necesidad de pruebas complementarias para confirmar cualquier hipótesis.
En el marco de la investigación, la viuda de Castro, Paula Maguiña, aportó nuevos elementos ante la Dirincri que complican el panorama. Relató que la puerta del baño del primer piso, donde fue hallado el cuerpo, estuvo cerrada al momento del hallazgo y, al momento de su apertura, apareció abierta y sin indicios aparentes de sangre, con un pie asomando. Estas señales han sido motivo de escrutinio por parte de la fiscalía, que ya formalizó una investigación por homicidio y analiza nuevas pruebas: toxicológicos, registros de llamadas y, especialmente, el testimonio de un amigo del hijo menor de Castro, quien estuvo presente la madrugada de los hechos.
Entre las líneas de la investigación, emerge la posibilidad de que Castro, quien habría estado dispuesto a colaborar con la justicia, hubiese corroborado aportes millonarios de Odebrecht y OAS a campañas de Villarán en 2013 y 2014, por más de 11 millones de dólares. Este dato, de ser ratificado, podría reconfigurar las motivaciones y las dinámicas del caso, vinculándolas con posibles beneficios políticos o laborales.
La versión de los hechos ofrecida por Paula Maguiña sugiere un entorno familiar tenso y un interés por reconstruir la estabilidad económica tras un periodo de juicios. En su declaración, destacó que Castro tenía planes de reinserción laboral y enfatizó su deseo de mantener a la familia unida, lo que complica cualquier lectura simplista sobre el desenlace de aquel 29 de junio.

En paralelo, el equipo de investigación continúa evaluando pruebas forenses de campo y toxicología, con miras a esclarecer si hubo intervención externa en los hechos o si existen otros actores que podrían haber influido en la muerte de Castro. Si bien las primeras conclusiones oficiales mencionaron un probable suicidio, la revisión de las pruebas y las declaraciones ampliadas podrían dar un giro sustancial al caso.
Este caso, que ya ha capturado la atención pública y ha generado debates sobre la transparencia de los procesos judiciales y la relación entre empresas y campañas políticas, continúa en desarrollo. La fiscalía sostiene que una respuesta sólida y basada en evidencia es crucial para evitar interpretaciones erróneas y para garantizar que la verdad salga a la luz, sin importar cuán incómoda pueda resultar para distintos actores.

