Oscar Arriola, ¿el próximo jefe de la PNP? Perfil, riesgos y lo que podría cambiar
- owenvalencia20
- 15 sept
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En medio de una realidad institucional tensa, la salida del comandante general Víctor Zanabria se perfila como inminente. La posibilidad se aproxima por dos vías: la suspensión de 18 meses dictada por el Poder Judicial de Arequipa, en el marco de un caso de corrupción investigado por la fiscalía, o el eventual pase a retiro que debe ejecutarse el próximo miércoles 1 de octubre. La decisión final podría definir la cara de la dirección policial en un momento de retos estructurales.
El propio Zanabria resumió su situación ante la prensa: “El 1 de octubre paso a la adaptación a la vida civil o sea, me han suspendido por 18 días. Es una nuestra de exceso de poder. ¿Qué quieren hacer? ¿Descabezar a la policía? Todos los oficiales aquí estamos denunciados por el mismo motivo, organización criminal por formar parte del comando”. Sus palabras encienden el debate sobre la existencia de tensiones internas y la percepción de intervenciones externas en la Policía Nacional.
Ante este escenario, surge la pregunta clave: ¿quién tomaría las riendas de la Policía Nacional del Perú?
¿Quién es el general Oscar Arriola?
El teniente general Óscar Arriola Delgado figura entre los oficiales con mayor experiencia de la institución. Doctor en Derecho y magíster en Derecho Penal, con especialización en Administración y Ciencias Policiales y mención en Orden Interno, acumula más de tres décadas de servicio. A lo largo de su carrera ha ocupado puestos estratégicos en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado, destacándose por una sólida formación académica y una trayectoria operativa en zonas de alto riesgo. En la actualidad es jefe de Estado Mayor de la PNP, cargo que ocupa en el marco del gobierno de Dina Boluarte.
Operativos emblemáticos al mando de la Dircote
Bajo su liderazgo en la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), Arriola dirigió operaciones de impacto contra remanentes de Sendero Luminoso en el Vraem y la selva central. Se destacan detenciones de cabecillas, desarticulación de redes logísticas y rescates de secuestrados. En un acto público celebrado en septiembre de 2022, durante los 30 años de la captura de Abimael Guzmán, Arriola afirmó: “nunca bajaremos los brazos contra una amenaza terrorista”; añadió que “Movadef es lo mismo que Sendero Luminoso”, aludiendo a infiltraciones políticas y sociales.

El enfrentamiento con el gobierno de Castillo
En noviembre de 2022, el Ministerio del Interior planteó un relevo de Arriola desde la Dircote, en un contexto de protestas y tensiones políticas. La medida generó rechazo interno y, tras presión, el alto mando dejó sin efecto el cambio. Arriola continuó en el cargo y consolidó su posición dentro de la institución. Diversos análisis señalan que las diferencias con el entonces gobierno de Castillo se remiten a 2017, cuando Arriola denunció públicamente vínculos entre dirigentes radicales y grupos vinculados a Movadef.
Arriola ha sostenido la necesidad de fortalecer la inteligencia policial y reformar marcos legales para acelerar la persecución penal. Ha advertido sobre el avance de organizaciones transnacionales y ha pedido jueces “patriotas, probos y firmes” para hacer frente a la inseguridad.
En manos de Dina Boluarte
El papel de la presidenta Dina Boluarte podría inclinar la balanza: Arriola podría quedarse como titular o permanecer interino, con una subsecuente selección entre los tenientes generales más antiguos si se opta por una segunda opción. Paralelamente, persisten cuestionamientos internos sobre su gestión durante el actual gobierno, con críticas sobre posibles contradicciones en su postura pública.
El caso de Zanabria, y la mención de otros episodios polémicos, como los denominados “policías albañiles”, han alimentado un clima de escrutinio que acompaña cualquier discusión sobre la dirección de la PNP. La Fiscalía de Arequipa ha incidido en la necesidad de investigar indicios de desvíos en obras de remodelación policial, mientras que la declaración de testigos y las transferencias podrían moldear la narrativa pública.




