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Nicanor Boluarte y sus reuniones con funcionarios del Estado.

  • owenvalencia20
  • 24 mar
  • 2 Min. de lectura
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La revelación de que Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta Dina Boluarte, frecuenta una oficina en Miraflores, ha suscitado gran preocupación. En este espacio, el hermano presidencial se encuentra con funcionarios y proveedores del Estado en medio de una investigación sobre presuntas irregularidades relacionadas con el caso “Los Waykis en la sombra”, como informó el programa “Cuarto Poder”.


La oficina en cuestión, ubicada en el décimo piso de un edificio, alberga la ONG “Las manos que ayudan de corazón”, la cual, desde 2020, no ha recibido ningún apoyo económico extranjero. Pese a esta falta de respaldo financiero, se ha convertido en un punto de encuentro clave para Nicanor y su círculo más cercano, incluyendo a Jorge Garboza Amand, director de la ONG y figura central de su red de contactos.


Testigos han confirmado que Boluarte se ha reunido en este lugar al menos seis veces en lo que va del año, siempre acompañado por su esposa. Durante estas visitas, ha tenido encuentros con diversas personalidades, incluyendo a Marco Antonio Revilla Arredondo, gerente de Sencico, quien justificó su reunión al afirmar que se trató de un encuentro “coloquial” para discutir un convenio.


Martín Belaunde Lossio, un exoperador político con un historial polémico, también ha sido visto en la oficina, aunque se quiso distanciar de su relación con Garboza, indicando que su presencia era para hablar con un conocido. Esta conexión con figuras relacionadas con escándalos de administraciones pasadas ha levantado más dudas sobre las actividades que se llevan a cabo dentro de esta ONG.


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Adicionalmente, se han registrado múltiples encuentros de Garboza con otras personalidades del ámbito político, lo que sugiere que su oficina no es sólo un centro de colaboración sino un punto neurálgico de estrategia política.


Mientras tanto, la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) ha corroborado que la ONG no ha ejecutado programas con financiamiento internacional desde 2020. Esto plantea interrogantes sobre la operatividad que se realiza en un lugar que, a pesar de su falta de recursos externos, sigue siendo un punto de referencia para largas interacciones políticas.


Hasta el momento, ninguno de los involucrados ha ofrecido una declaración sobre su participación en estos encuentros, dejando muchas áreas en la penumbra y alimentando la especulación sobre cómo estas relaciones podrían influir en la administración pública.

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