Natalia Málaga enfrenta condena de un año y multa tras denuncia por rayones a vehículo de la esposa del hijo de Eva Ayllón.

La Fiscalía solicitó formalmente un año de prisión efectiva contra la exvoleibolista Natalia Málaga, en un caso que ha vuelto a las luces de la opinión pública tras una denuncia presentada por Jessyca Patricia Zegarra Torres, esposa de Francisco García Ayllón, hijo de la cantante Eva Ayllón. La acusación se sustenta en afirmaciones de daños contra el automóvil de Zegarra, ocurridos en marzo de 2024, cuando, según la denuncia, Málaga habría rayado el vehículo en tres ocasiones.

La medida no se limita a la pena de prisión; el Ministerio Público también solicita una multa equivalente a 30 días de salario, lo que asciende a S/255, a favor del Tesoro Público. Aunque el caso parecía cerrado, los actos procesales se reactivaron y la próxima audiencia clave quedó fijada para el 30 de septiembre a las 2:00 p.m., según constancias del Sexto Juzgado Penal Unipersonal-Flagrancia.

Según el expediente, la Fiscalía sostiene que Málaga habría causado tres rayones al automóvil de la denunciante en distintas fechas: el 18 y el 27 de marzo de 2024, además de apuntar a un posible grado de repetición delictiva. En el documento del juzgado, se señala que “la pena concreta que se le debe imponer a la acusada Natalia María Málaga Dibós, por el delito contra el patrimonio en la modalidad de daños, es un 1 año de pena efectiva, y con una multa de 30 días, que equivale a S/ 255 a favor del tesoro público”.

Las imágenes de seguridad servirían como sustento del cargo, con cámaras de un garaje que, presuntamente, registrarían a Málaga utilizando un objeto punzocortante para rayar un automóvil de color negro. Paralelamente, una pericia del Ministerio Público habría corroborado que la exvoleibolista sería la autora de los daños descritos.

La defensa de Málaga, por su parte, ha planteado cuestionamientos sobre la interpretación de las grabaciones. En una entrevista previa con Magaly Medina, la exdeportista negó las acusaciones y explicó que las imágenes podrían inducir a una lectura errónea. “Esa grabación es de una GoPro, son 80 fotogramas por minuto y cuando la avanzas y la repites, parece que estás haciendo un rayón. No tengo nada. Me he tropezado, hasta tengo el espejo roto. No se ve porque está oscuro, ha manipulado”, afirmó Málaga durante la conversación.

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El caso, observan analistas legales, plantea interrogantes sobre la claridad de las pruebas y la interpretación de grabaciones en situaciones de luz variable. Expertos señalan la necesidad de un peritaje técnico más detallado y de una evaluación objetiva de las circunstancias, para evitar que la narrativa pública se defina por imágenes de baja resolución o por la reputación mediática de las partes involucradas.

La audiencia del 30 de septiembre será crucial para definir si el proceso continúa hacia una condena efectiva o si se abre espacio para una revisión de las pruebas y posibles alternativas a la pena solicitada. Mientras tanto, la noticia continúa generando debate sobre el alcance de la responsabilidad y el manejo de denuncias en casos de daños patrimoniales vinculados a figuras públicas.