Lula advierte: "Un extranjero no le dará órdenes a Brasil" ante las amenazas arancelarias de EE.UU.

En medio de un escenario de alta tensión en las relaciones comerciales entre Brasil y Estados Unidos, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró con contundencia que su país no aceptará presiones externas en asuntos de economía y política. La polémica se intensificó tras la advertencia del gobierno estadounidense de aplicar un arancel del 50% a los productos brasileños a partir del próximo 1 de agosto, una medida que Lula calificó como una agresión injustificada.

Durante un acto con estudiantes universitarios, Lula manifestó su posición firme frente a las amenazas, dejando en claro que Brasil defenderá su soberanía y autonomía en las negociaciones internacionales. “No será un extranjero el que le dé órdenes a Brasil”, aseguró con énfasis, en una clara referencia a la postura del expresidente Donald Trump, quien envió una carta con una amenaza arancelaria y algunas críticas a la justicia brasileña.

El mandatario brasileño recordó sus raíces sindicales y su compromiso con el multilateralismo como principios rectores para alcanzar acuerdos que sean justos y beneficiosos para todos las partes. Lula resaltó además que su experiencia en negociaciones internacionales supera en comparación a la de su homólogo estadounidense, en un mensaje que busca reafirmar la capacidad de Brasil para defender sus intereses sin ceder a presiones externas.

“Creo que el presidente de Estados Unidos jamás negoció ni siquiera una décima parte de lo que yo negocié en mi vida”, sostuvo Lula, quien además cuestionó el conocimiento de Trump sobre la relación económica bilateral, ironizando que “ni siquiera sabía que Estados Unidos tiene superávit comercial con Brasil desde hace quince años”.

Lula también cuestionó las motivaciones políticas detrás de la amenaza arancelaria, señalando que esta no es más que una forma de condicionar las negociaciones a la liberación de Jair Bolsonaro, exmandatario brasileño actualmente en proceso judicial, acusado por su supuesta participación en un intento de golpe de Estado en 2023. La carta enviada por Trump, según el presidente, contenía críticas abiertas contra el proceso judicial y exigencias para la liberación de Bolsonaro, calificando la situación como “caza de brujas”.

“Es importante aclarar que esas personas serán juzgadas y condenadas por la justicia brasileña, no por decisiones externas o amenazas”, afirmó Lula con autoridad, defendiendo la independencia del sistema judicial y subrayando que “estamos actuando bajo la ley”.

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Por otro lado, el presidente também dirigió duras palabras a las empresas tecnológicas estadounidenses que operan en Brasil, advirtiéndoles que deben respetar las leyes nacionales. En respuesta a las declaraciones de Trump en las que criticaba las restricciones digitales en Brasil y denunciaba supuestas violaciones a la libertad de expresión, Lula subrayó que en el país “no aceptamos que, en nombre de esa libertad, se incite al odio, se insulte o se mienta contra mujeres, niños, negros o personas LGBT”.

El mensaje de Lula reafirma la postura soberana de Brasil ante las amenazas de Estados Unidos, y deja en claro que el país está dispuesto a mantener la confrontación si se viola su independencia. La tensión entre ambas potencias parece intensificarse, en un escenario donde Brasil busca consolidar su autonomía frente a las presiones externas.