Lima bajo el yugo del crimen organizado: extorsión y sicariato en pleno auge

La ciudad de Lima se encuentra sumida en una ola de violencia sin precedentes, donde bandas criminales han extendido su dominio sobre diversos sectores de la economía formal e informal. Estas organizaciones, dedicadas al sicariato y la extorsión, han sembrado el terror entre comerciantes, transportistas, músicos, promotores de colegios y trabajadores independientes. Con una consigna clara —"o pagas o mueres"—, estas mafias han logrado dividir el territorio limeño, imponiendo su ley en medio de la ineficiencia y pasividad de las autoridades.

Según datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), entre el 1 de enero y el 19 de marzo de este año, 484 personas han perdido la vida en actos violentos, lo que equivale a una muerte cada cuatro horas. A esto se suman las 800 denuncias por extorsión registradas solo en enero, en un año que cerró con 19,789 casos, un aumento del 31.4% respecto al 2023.

El mapa del crimen en Lima

Un detallado mapa de la criminalidad en Lima Metropolitana, identificando a las principales bandas que operan en cada zona. En Lima Sur, grupos como Los Injertos de Villa, Los Mexicanos de Lomas y Los Trujillanos aterrorizan a los transportistas. “Mandan mensajes de WhatsApp amenazantes a los dueños de empresas de transporte. Si no les hacemos caso, suben a los buses y balean a los choferes, o los interceptan en el camino y les arrojan granadas”, relató un empresario víctima de extorsión.

En Lima Este, bandas como Los Malditos de Huaycán, Los Intocables de Jicamarca y La Nueva Generación de Cantogrande controlan el cobro de cupos y ejecutan asesinatos por encargo. Este último grupo, junto a Los Injertos del Cono Norte, habría planeado el ataque al bus de la orquesta de cumbia Armonía 10 de Piura, que terminó con la vida del cantante Paul Flores García.

En Lima Centro, Los Mexicanos y Los Injertos del Rímac extorsionan a comerciantes formales e informales, mientras que en Lima Norte, la disputa por el control territorial entre Los Injertos del Cono Norte y La Nueva Generación del Cono Norte ha dejado un saldo de violencia creciente. Además, el clan El Antitren o DESA, cuyo líder fue capturado en febrero, sigue siendo una amenaza para los conductores de buses y cústeres.

Modalidades de extorsión: un negocio criminal en expansión

Ricardo Valdés, director de CHS Alternativo, explicó que estas organizaciones operan bajo reglas de economía ilícita, con fusiones y alianzas que fortalecen su capacidad económica y de armamento. “Lo que vemos es un negocio criminal que responde a normas y reglas de economía ilícita. Hay mucha muerte por ajuste de cuentas, como consecuencia de la disputa por un territorio para cobrar cupos”, detalló.

Entre las modalidades de extorsión más comunes se encuentran:

Extorsión al ‘menudeo’: Afecta principalmente a sectores socioeconómicos bajos, como ambulantes y comerciantes de mercados, pero ha escalado hasta llegar a dueños de colegios privados y grandes locales comerciales.

Extorsión desde la cárcel: Internos aprovechan la corrupción del sistema penitenciario para realizar llamadas extorsivas, mientras sus secuaces cobran los cupos en las calles.

Préstamos extorsivos: Conocidos como ‘gota a gota’, estos préstamos de bajo interés atrapan a comerciantes en un sistema criminal sin salida.

Extorsión con explosivos: Utilizada para intensificar las amenazas y asegurar el pago de cupos.

Secuestro extorsivo: Las víctimas son torturadas o mutiladas para forzar a sus familias a pagar rescates millonarios.

Ciberextorsión: Los delincuentes obtienen información privada de teléfonos robados o datos confidenciales de empresas para exigir pagos.

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Los colectiveros en la mira

Uno de los sectores más afectados recientemente es el de los colectiveros que operan en la avenida Arequipa. Estos transportistas informales son extorsionados por Los Injertos del Rímac, quienes exigen pagos semanales de 24 soles por vehículo. “Somos 300 carros. Saca tu cuenta”, relató Juan, uno de los choferes afectados. La operación se coordina a través de WhatsApp, donde los extorsionadores contactan a los coordinadores de las rutas para exigir el pago. Quienes se niegan, reciben advertencias violentas, como el ataque a un colectivero la mañana del 17 de marzo.

Educación bajo amenaza

Incluso el sector educativo ha sido alcanzado por esta ola criminal. Docentes de escuelas privadas en Ate, Lima Este, denunciaron que el 50% de los colegios de la jurisdicción de la UGEL 06 son víctimas de extorsión. Los promotores son obligados a pagar una ‘matrícula’ de 60,000 soles y luego 10,000 soles mensuales. Las amenazas suelen estar firmadas por Los Malditos de Huaycán, liderados por el detenido Deyvis Cordero, alias ‘Chato Deyvis’.

La lucha contra el crimen: un desafío pendiente

Mientras las bandas criminales continúan expandiendo su influencia, la respuesta de las autoridades parece insuficiente. La falta de estrategias efectivas y la corrupción dentro del sistema penitenciario han permitido que estas organizaciones operen con impunidad. Lima, una ciudad que alguna vez fue símbolo de crecimiento y desarrollo, hoy lucha por sobrevivir bajo el yugo del crimen organizado.

Fuente: Perú21