Hallan los restos de la piloto Ashley Vargas en el océano.

Luego de 16 días de una búsqueda exhaustiva, la Marina de Guerra del Perú logró localizar el cuerpo de la piloto de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Ashley Vargas Mendoza, en las profundidades del mar de Paracas. La confirmación se hizo oficial esta tarde, cuando mediante un robot submarino desde el BAP Carrasco, las autoridades dieron con los restos del avión KT-1P en el que viajaba la joven de 24 años antes de su desaparición.

Los restos del aparato fueron encontrados frente a la playa Mendieta, en la Reserva de Paracas. Desde el equipo naval, se informó que la figura detectada en el fondo marino correspondía a la cabina del avión, en cuyo interior se hallaba Ashley, aún sujeta a su asiento con el cinturón de seguridad. Según las primeras observaciones, la joven no logró eyectarse, lo que ha profundizado las investigaciones sobre las causas del incidente.

Fuentes oficiales explicaron que la marea habría desplazado el avión desde las inmediaciones de la Isla Zárate, donde fue la última comunicación de Ashley con la torre de control, el pasado 20 de mayo. La aeronave habría quedado atrapada en la vegetación marina a la expectativa de que el oleaje la arrastrara hasta la playa Mendieta, donde finalmente se estancó.

Hasta el momento, no se han logrado rescatar los restos de la cabina ni a la piloto, cuyas familias ya han sido informadas acerca del hallazgo. El ministro de Defensa, Walter Astudillo, se encuentra en el BAP Carrasco, en donde se confirmó la recuperación del cuerpo y se mantienen las averiguaciones en marcha.

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Por parte de la Fuerza Aérea del Perú, se emitió un comunicado en el que calificaron el descubrimiento como “el cierre de un capítulo de dolor y dolorosa incertidumbre”, pero también como una oportunidad para reflexionar, aprender y seguir acompañando a la familia de Ashley. La institución aseguró que continuará colaborando con las investigaciones con total transparencia y respeto hacia su memoria, resaltando que Ashley fue una piloto destacada, merecedora de reconocimiento, incluso, de la espada de oro entregada por la presidenta Dina Boluarte en su promoción.

Ashley Vargas, quien fue la mejor de su promoción y en su último vuelo se encontraba en su fase final de entrenamiento para pilotar naves en misiones futuras, dejó un legado de esfuerzo y dedicación. La hipótesis inicial apunta a un posible error humano o a una falla técnica, ya que Ashley portaba un geolocalizador que no activó y el estado de los pirocartuchos en su asiento aún se investiga, mientras la comunidad aeronáutica y sus seres queridos aún lloran su pérdida.