Extorsionador grabó el atentado en Chorrillos y amenaza a transportistas.

Un artero atentado en la zona de Chorrillos ha puesto en evidencia la escalofriante presencia de la delincuencia organizada en las calles. El hecho ocurrió cuando un bus de la línea T fue atacado a tiros en el cruce de las avenidas Alameda y Santa Anita, dejando a su paso una escena de caos y miedo. Lo que ha alarmado a las autoridades y a la comunidad es que, durante el ataque, uno de los presuntos extorsionadores viajó con los pasajeros en calidad de pasajero y grabó desde dentro el enfrentamiento, enviando posteriormente amenazas a la empresa de transporte.

El conductor del vehículo, quien prefirió mantener su identidad en reserva, relató en una entrevista con Buenos Días Perú que en el momento del disparo, uno de los asaltantes se quedó en el bus. “Yo me bajé para evacuar a los pasajeros y, entre ellos, había uno de los extorsionadores. Luego, ese sujeto empezó a grabarme a mí y al bus, y unos minutos después enviaron un mensaje diciendo: ‘para la próxima mataremos al chofer’”, afirmó con preocupación.

El violento episodio dejó al menos nueve impactos de bala, uno de los cuales alcanzó y inutilizó el motor del vehículo. Afortunadamente, ninguno de los 40 pasajeros a bordo resultó herido en medio de la violencia. La intimidación no terminó allí; el conductor vinculó el ataque a “El Antitren”, una banda criminal que según las investigaciones, suele cobrar “cupos” a los transportistas en la zona.

Publicidad

Tras el incidente, los delincuentes continuaron enviando mensajes extorsivos, en los que aseguraban tener “control total” sobre Chorrillos y exigiendo pagos bajo amenazas de repetir la violencia. “Estamos trabajando expuestos, en las calles estamos a la suerte de Dios”, lamentó el conductor, quien expresó su desesperación y pidió mayor seguridad para los trabajadores del transporte.

Este caso pone en evidencia no solo la brutalidad de las bandas criminales, sino también la cada vez más audaz presencia de actores que, en plena vía pública, graban y amenazan desde el interior del mismo vehículo que usan sus víctimas para intimidar y extender su control territorial. La comunidad y las autoridades claman por acciones concretas para acabar con estos hechos.