Excomandante de la Policía lideró escuadrón de la muerte y ahora enfrenta sentencia
- owenvalencia20
- hace 12 horas
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En un operativo que sacude a las fuerzas policiales del país, Raúl Prado Ravines, quien en 2022 fue condenado a 35 años de prisión por liderar un temido escuadrón de la muerte en el interior de la Policía Nacional del Perú, fue detenido anoche en Comas por agentes de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (DIVIAC). La captura llega después de años de búsqueda y en medio de una profunda investigación que revela la magnitud del entramado ilícito en el que estuvo involucrado.
El exoficial fue sentenciado por su participación en el asesinato de cuatro personas ocurrido en Piura en 2015, en un operativo falso supuestamente destinado a enfrentarse al crimen organizado, pero que en realidad fue un plan para eliminar a los ciudadanos con el fin de obtener beneficios económicos. Las víctimas, Raúl Rivas Rimaycuna, Martín Tello Monja, Gian Fiestas Aquino y Hugo Yajahuanca Tineo, fueron contactadas por un informante de la Policía para realizar un asalto a un empresario, y antes que el delito pudiera perpetrarse, los miembros del escuadrón de la muerte intervieron, abatiando a los sospechosos.
El grupo clandestino, integrado por oficiales de la División de Asuntos Especiales de la Dirección de Inteligencia, operó en secreto entre 2012 y 2015, durante el mandato del expresidente Ollanta Humala. La Fiscalía acusó que Prado Ravines y sus cómplices viajaron hasta la región norteña de Piura con la finalidad de simular una operación policial que pudiera ser presentada como un golpe contra el crimen, con la esperanza de obtener recompensas y reconocimiento dentro de las filas policiales. Sin embargo, las investigaciones revelaron que estas acciones ilegales tenían como fin facilitar su ascenso y poder personal.

El exministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien fue abogado del prófugo desde 2019 y defendió públicamente la inocencia del oficial en varias ocasiones, afirmó que "constitucionalmente, mientras una sentencia no se encuentre consentida y ejecutoriada, la presunción de inocencia prima". Este argumento, que fue utilizado para justificar la libertad del acusado en su momento, ahora enfrenta una realidad distinta tras la confirmación de su condena y la reciente captura.
La detención de Prado Ravines cierra un capítulo oscuro en la historia policial del país, pero también marca un hito en la lucha contra las estructuras ilegales dentro de la institución. La justicia peruana continúa con el proceso para esclarecer toda la red de corrupción y crímenes que operaron bajo la sombra del aparato policial, que en su momento tuvo la responsabilidad de proteger a la ciudadanía, pero que hoy se ve envuelto en graves delitos.