Estados Unidos: tiroteo en iglesia mormona de Michigan deja un muerto y múltiples heridos

Estados Unidos vive un domingo de tensión en las afueras de Flint, Michigan, tras un tiroteo que estalló en una iglesia mormona de Grand Blanc. Un hombre de 40 años irrumpió en la entrada principal con un rifle de asalto y abrió fuego contra los feligreses reunidos en el servicio religioso, desatando el pánico y dejando un saldo preliminar de una persona fallecida y diez heridos que fueron trasladados a centros hospitalarios cercanos.

Según el jefe de la policía local, William Renye, en el templo había “cientos de personas” cuando comenzó la agresión. Tras el tiroteo, el agresor provocó un incendio dentro del recinto y fue abatido por agentes que llegaron al lugar para contener la situación y asegurar la escena. Las autoridades trabajan para confirmar si hay más víctimas atrapadas o heridas dentro del edificio una vez que se ha logrado el control del fuego y la escena.

Imágenes difundidas por testigos y servicios de emergencia muestran a personal médico trasladando a los heridos en camillas, mientras el humo negro se elevaba desde la estructura de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El fuego fue finalmente controlado, pero las dependencias permanecen acordonadas para las perícias que permitan reconstruir el curso de los hechos.

En la escena, reacciones de autoridades federales tomaron protagonismo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó el tiroteo de “horrendo” y lo enmarcó como un ataque contra cristianos, comentario que compartió en su red Truth Social. El FBI ha indicado que agentes federales apoyan la investigación y reiteró su rechazo a la violencia en espacios de culto, describiendo el acto como “cruel, cobarde y criminal”. La fiscal general de EE. UU., Pam Bondi, fue informada de la tragedia para coordinar posibles medidas adicionales.

Relatos de testigos describen escenas de pánico y desesperación. Una vecina entrevistada por la agencia de noticias AFP relató: “Mi esposo escuchó gritos, una señora pidiendo ayuda”. Las autoridades piden prudencia y paciencia mientras continúan las investigaciones para determinar las motivaciones del atacante, que aún no han sido reveladas de manera oficial.

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El análisis de la escena continúa con la revisión de cámaras, entrevistas a testigos y la recopilación de indicios que permitan entender si existían antecedentes o posibles amenazas previas que puedan haber influido en este violento hecho. Mientras tanto, la comunidad de Grand Blanc y de todo Michigan expresa su solidaridad con las víctimas y sus familias, y demanda respuestas claras sobre las circunstancias que permitieron que un servicio religioso terminara en un escenario de violencia.