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En la cuerda floja: mañana se define el destino de Adrianzén en la moción de censura.

  • owenvalencia20
  • 13 may
  • 3 Min. de lectura

El primer ministro Gustavo Adrianzén enfrenta mañana una prueba crucial en el Congreso, donde se decidirá su continuidad en el cargo tras la presentación de cuatro mociones de censura en su contra. La sesión, programada para comenzar a las 10 de la mañana y que se extenderá por tres horas, será una de las más importantes en la política reciente del país, dado que el resultado podría implicar un cambio en la estructura del Gabinete del gobierno de Dina Boluarte y alterar el curso de la administración.


Desde hace semanas, la tensión ha ido en aumento en el Parlamento, donde en diferentes bancadas se haManifestado un rechazo creciente hacia la gestión del funcionario, especialmente en medio de una serie de hechos polémicos relacionados con la seguridad y la capacidad de respuesta del Ejecutivo. Hasta ayer, los votos favorables a su censura superaban los 66 necesarios para lograr su remoción, sumando al menos 69 apoyos, en medio de una dispersión en las bancadas que hace incierto el desenlace final.


¿Qué motiva las mociones?


Las mociones presentadas alegan diferentes motivos, pero con un eje común: la supuesta incapacidad del primer ministro para gestionar eficazmente los problemas de seguridad, una crisis humanitaria y de orden público que golpea duramente a distintas regiones del país. La moción 16991, por ejemplo, señala que "la masacre de los 13 trabajadores mineros en Pataz confirma una vez más el fracaso de las políticas en la lucha contra la inseguridad ciudadana", una de las escenas más crudas del panorama actual que ha estremecido a la opinión pública.


Otra denuncia, la moción 16992, menciona que "las autoridades locales no tomaron las acciones correspondientes pese al reporte de los familiares" respecto a un secuestro de mineros, hecho que fue incluso cuestionado por el propio Gabinete, ya que Adrianzén afirmó en conferencia que “hemos recibido información no oficial que refuerza la idea de que este hecho no ocurrió”. La falta de reacción y liderazgo durante momentos críticos ha sido uno de los argumentos más fuertes en contra del jefe del Gabinete.


Finalmente, la moción 17003 califica a Adrianzén de tener “responsabilidad política por su manifiesta incapacidad para garantizar y seguir ejerciendo la máxima autoridad política para afrontar la grave crisis de seguridad ciudadana”, además de denunciar su “falta de reacción y articulación” ante la magnitud del problema, que sigue cobrando víctimas y alimentando la inseguridad.


Votos en juego y bancadas alineadas


Hasta el cierre de esta edición, los votos a favor de la censura sumaban aproximadamente 69, superando el umbral mínimo de 66. La solidificación en mayoría de bancadas que tradicionalmente apoyan al gobierno, como Perú Libre y Acción Popular, ha sido clave en este proceso. Estos partidos han confirmado, mediante sus voceros, que votarán en bloque a favor de la salida del primer ministro, lo que vuelve más tangible la posibilidad de su remoción.


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Específicamente, Perú Libre, que impulsa la política de apoyo a Boluarte, tiene 11 votos en su bancada; Acción Popular, con 9 votos, también ha reafirmado su apoyo en esta línea. Además, el Bloque Democrático y Renovación Popular también manifestaron su respaldo, cada uno con cinco y once votos, respectivamente, presentando mociones de censura que, si logran el respaldo necesario, podrían facilitar la remoción rápida y efectiva de Adrianzén.


Por otro lado, existen fuerzas variadas y dispersas que aún no definen su postura definitiva. La bancada Socialista contó con cuatro votos a favor de la censura, mientras que Podemos Perú, con 14 integrantes, ha respaldado la medida en 12 de sus miembros. Otras organizaciones, como Juntos por el Perú y Avanza País, muestran mayor división interna, con algunos votos en contra o en abstención, lo que mantiene abiertas las posibilidades.


El escenario, todavía abierto y lleno de especulaciones


El gobierno, por su parte, ha dejado entrever cierta vulnerabilidad. Adrianzén, en una reciente conferencia, manifestó que “tengo una amplísima vocación de renuncia”, y añadió que si abandonara el cargo contribuiría a “el cese de la delincuencia y el crimen organizado”. Sin embargo, también dejó en claro que consideraba su permanencia como una opción si lograba cumplir con su labor, dejando abierta la puerta a una salida voluntaria.


Desde el Congreso, la tensión continúa creciendo. La eventual remoción del primer ministro pondría en marcha un proceso de reformulación gubernamental completa, afectando la estabilidad del Ejecutivo en un momento que se caracteriza por alta incertidumbre y desafíos sociales de gran magnitud.

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