Dina Boluarte solicita permiso al Congreso para viajar a Nueva York y asistir a la ONU

La presidenta Dina Boluarte formalizó ante el Congreso un pedido para ausentarse del territorio nacional del 21 al 25 de septiembre, con el objetivo de participar en la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. En la iniciativa, remitida también por el presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, se subraya la relevancia de este encuentro para la representación internacional del Perú y su capacidad de interlocución con líderes mundiales y organismos multilaterales.

Según el documento enviado al Parlamento, la delegación peruana busca asegurar que el país esté representado “al más alto nivel” en discusiones globales sobre temas de interés estratégico, económico y humanitario. El proyecto de resolución legislativa detalla que la autorización permitiría a la presidenta Boluarte abandonar el país durante los días citados para participar en sesiones oficiales y encuentros bilaterales.

Entre las actividades previstas, la nativa de la mandataria contempla encuentros bilaterales con homólogos de diversas naciones y con altas autoridades de las Naciones Unidas. Estas reuniones podrían abarcar temas de cooperación, seguridad, desarrollo y derechos humanos, según se desprende de la descripción oficial.

El comunicado institucional también señala que la presidenta, durante su ausencia, se mantendrá a cargo del despacho de la Presidencia utilizando herramientas de telecomunicaciones y gestión digital. Se mencionan correos electrónicos, videollamadas a través de plataformas como Meet o Zoom y, en la práctica, una continuidad operativa para no interrumpir la agenda gubernamental en curso.

Expertos consultados señalan que una participación de alto nivel en la ONU puede tener impactos significativos en la agenda diplomática peruana, desde la apertura de canales de diálogo con actores clave hasta la posibilidad de fortalecer alianzas en áreas prioritarias para el país. Sin embargo, también se advierten desafíos logísticos y de seguimiento, ya que las gestiones internacionales requieren coordinación interna y claridad en los objetivos de cada encuentro.

Desde el Congreso, los representantes de distintas bancadas se han mostrado atentos a la viabilidad de la autorización. En este sentido, la discusión pública podría centrarse en criterios de seguridad, costos operativos y la necesidad de garantizar que la representación peruana en Nueva York se ajuste a los lineamientos constitucionales y normativos vigentes.

Hasta ahora, no se han difundido detalles sobre el itinerario completo de la sesión de Alto Nivel ni sobre las reuniones bilaterales confirmadas. Lo que sí es seguro es que la presencia peruana en la Asamblea General y sus márgenes de negociación internacional se sitúan en un momento clave para la política exterior del país, en medio de debates globales sobre desarrollo sostenible, seguridad regional y cooperación multilateral.

En las próximas horas, los voceros oficiales podrían ampliar la agenda prevista y explicar cómo el Gobierno planea gestionar la continuidad de la administración desde Lima durante la ausencia de la jefa de Estado. Mientras tanto, la sociedad observa con interés si el Congreso aprueba la autorización y qué señales enviará Perú a la comunidad internacional a través de su representación en Nueva York.