Denuncia de peruano revela intento de la policía italiana de arrebatarle su bandera

El incidente que se volvió viral en redes sociales este fin de semana ha puesto en el centro del debate la libertad de expresión en espacios públicos y las miradas sobre la diversidad en lugares de alto simbolismo. Una ciudadana peruana, identificada como activista trans, denunció ante cámaras y en sus redes que agentes de la Policía italiana intentaron quitarle una bandera peruana que sostenía en la Plaza de San Pedro, durante la esperada visita del Papa León XIV.

Según la versión difundida por la entrevistada, mientras sostenía la bandera nacional, dos oficiales y una mujer se acercaron para exigirle que la entregara. Al negarse, sacó su teléfono para grabar el momento, momento en el que los funcionarios pidieron que detuviera la grabación y, posteriormente, se retiraron sin que se registre un forcejeo físico. La protagonista de la denuncia sostiene que ya habían revisado sus pertenencias y retirado la bandera previamente, lo que intensificó la sensación de abuso de autoridad.

La protagonista, que se identifica como activista trans, afirmó sentirse discriminada durante el episodio. En su transmisión afirmó: “Me parece muy discriminante. ¿Usted no sabe que el Papa viene de Perú y tiene nacionalidad? ¿Cuál es el problema con que muestre mi bandera peruana en la vía pública?”. Sus declaraciones, visibles de forma contundente, recogen un sentir de vulnerabilidad que va más allá de la anécdota puntual.

Entre los cuestionamientos que recoge el relato hay una duda explícita sobre el marco legal del Vaticano respecto a la exhibición de símbolos nacionales o extranjeros. Si bien la normativa vaticana no prohíbe el uso de banderas extranjeras, sí establece límites en ciertos contextos ceremoniales o lugares específicos. En este caso, la Policía señala que su intervención podría haberse justificado en escenarios de incitación a disturbios, ofensas a símbolos nacionales o riesgos para la seguridad; sin embargo, el relato de la activista sostiene que esas condiciones no estuvieron presentes.

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El video, difundido en TikTok, ha generado un amplio debate entre usuarios sobre la libertad de expresión, el papel de la policía en eventos de alta visibilidad y la protección de identidades diversas en espacios emblemáticos. Mientras algunos enfatizan la necesidad de mantener el orden en eventos papales, otros señalan posibles sesgos y discriminación, especialmente relacionados con la identidad de género y la nacionalidad de la denunciante.

Este episodio ocurre en medio de una conversación global sobre derechos civiles y visibilidad de comunidades marginadas en actos públicos. Hasta el momento, no hay confirmación oficial de sanciones o investigaciones vinculadas al caso, pero la repercusión en redes ha impulsado a colectivos y observadores a exigir claridad institucional y respuestas ante posibles irregularidades en la actuación policial durante eventos de alto perfil.