Deficiencias en la logística aérea evidencian la fragilidad de la FAP en emergencias
- owenvalencia20
- 2 jun
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La jornada del pasado viernes en la zona de Paracas reveló una problemática que va más allá del clima adverso. La densa neblina y las condiciones meteorológicas extremas impidieron la operación de los helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) en la búsqueda de Ashley Vargas, una joven que desapareció en circunstancias aún no aclaradas. En medio de estas dificultades, la atención se concentró en los recursos aéreos disponibles, que —según la información recabada— evidencian una logística aún insuficiente para atender emergencias de esta magnitud.
Mientras tanto, los esfuerzos de búsqueda en tierra y por aire se secundaron con el apoyo de drones cedidos por la Municipalidad de San Borja, en un ejemplo claro de colaboración interinstitucional. En estos 13 días de operación, los dos drones del modelo Matrice 300 RTK, conocidos en el mercado como ‘la bestia’ por su resistencia y alta capacidad de vuelo, han sido las principales herramientas aéreas, desplazándose diariamente por un área desde la playa Gallinazo hasta la isla Zárate, en un trayecto de aproximadamente cinco kilómetros cada jornada.
Estos drones, operados por exoficiales de la FAP con cuatro años de experiencia en esta tecnología, han permitido sobrevolar zonas inaccesibles para otros medios, incrementando las posibilidades de detección. La experiencia de estos operarios contrasta con las limitadas capacidades del propio ejército y la Fuerza Aérea. La FAP dispone de un Matrice 300 RTK con solo dos baterías y operadores sin la misma experiencia, lo que limita la duración y eficacia de las misiones en comparación con los recursos del municipio, que cuenta con una batería adicional por drone y más experiencia en el manejo.
Por su parte, el Ejército también aporta con un dron Matrice 30, pero con menor potencia y alcance, enfocado únicamente en verificar zonas puntuales, lo que evidencia una estructura improvisada y fragmentada en la respuesta aérea, en medio de una emergencia que lleva casi dos semanas en curso.
Limitaciones logísticas y escasa preparación en la fuerza aérea
La situación también expone una deficiencia estructural en la logística con la que cuenta la Fuerza Aérea del Perú para atender emergencias. El helicóptero MI-17, diseñado para transporte de personal y carga pesada, fue adaptado de forma improvisada como una aeronave de búsqueda y rescate (SAR). Sin embargo, su uso en estas circunstancias evidenció las carencias del sistema operativo, ya que la capacidad del helicóptero no fue suficiente para una operación efectiva en un escenario tan complejo y prolongado.
El reciente anuncio del ministro de Defensa, Walter Astudillo, sobre la intención de adquirir helicópteros SAR de estándar mundial, contrasta con el deterioro de la flota actual. El comandante general de la FAP, Carlos Chávez, señaló que muchas de las aeronaves existentes, como los helicópteros de la armada peruana, tienen entre 35 y 50 años de antigüedad, siendo consideradas en otros países verdaderas reliquias.

Además, en el inventario de la fuerza aérea se encuentran otros recursos como el helicóptero Enstrom, un vehículo pequeño en el que solo caben dos personas, y que puede verse comprometido por los fuertes vientos de Paracas. También hay a disposición un avión KT-1P —el mismo que piloteaba la joven desaparecida— y un avión B-200 de la Marina de Guerra. Sin embargo, ninguno de estos aparatos está preparado específicamente para tareas de búsqueda y rescate en un contexto como el actual.
La realidad tras la búsqueda
La ausencia de una logística robusta y de tecnología adecuada para emergencias ha quedado de manifiesto en esta tragedia, demostrando que, pese a contar con algunos recursos tecnológicos de última generación, la respuesta del Estado peruano todavía requiere mejoras significativas para enfrentar crisis similares en el futuro. La emergencia en Paracas, aún sin una resolución definitiva, deja a la vista una realidad que urge ser atendida: optimizar los recursos, actualizar las flotas y preparar a las fuerzas para salvar vidas de manera efectiva en las próximas adversidades.




