César Acuña y su hija política: Una oficina llena de beneficios.

En el laberinto del Congreso, donde se toman decisiones cruciales para el país, ha surgido una figura controvertida: Yessenia Lozano Millones, la hija política de César Acuña, cuyo meteórico ascenso ha dejado perplejos a muchos. Solo con un bachillerato en Derecho por la Universidad Señor de Sipán, Lozano dirige ahora el recientemente creado Centro de Modalidades Formativas, una oficina que ha suscitado serias interrogantes sobre su finalidad y manejo de fondos públicos.

Su salario, que supera los 19 mil soles mensuales, es un tema candente en el Parlamento. "Con mi formación, el reglamento del Congreso indica que debería ocupar un puesto técnico con un sueldo cercano a los 6 mil soles", comentó uno de los legisladores que prefirió permanecer en el anonimato. "No hay justificación para esa discrepancia", añadió, evidenciando la controversia que rodea su nombramiento y compensación.

Desde su designación como jefa de esta nueva oficina, Lozano ha sido objeto de rumores. Muchos en el ambiente parlamentario hablan de que el Centro de Modalidades Formativas podría ser en realidad una "agencia de empleos encubierta". Este comentario se ve reforzado por su rápida evolución profesional, empezando como asesora del congresista Freddy Díaz con un sueldo de 8 mil soles, y tras la controvertida denuncia en su contra por violación sexual, fue reubicada junto al grupo parlamentario de APP. "Siempre se espera que haya una meta clara en las instituciones públicas, pero esto se siente como algo más personal", se lamentó un colaborador de su oficina.

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Pocos meses después, Lozano, bajo la administración del presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, se convirtió en su asesora directa. En octubre de 2024, tomó las riendas de la oficina que antes no existía, garantizándose un incremento salarial. “Lo que hemos visto es un ejemplo de cómo se pueden crear estructuras a medida para beneficiar a personas que están en el círculo más cercano al poder”, expresó un analista político que solicitó permanecer en el anonimato debido a la sensibilidad del tema.

Además de su salario exorbitante, Lozano goza de privilegios poco comunes entre sus colegas. La acompañan un asistente personal y un agente de seguridad que garantiza su protección hasta las áreas más restringidas del Congreso. “Es sorprendente ver cómo alguien con tan poca experiencia y formación puede tener acceso a tantos recursos”, comentó un legislador. “Mientras tanto, muchos de nosotros luchamos para conseguir mejoras necesarias para nuestros propios proyectos”, concluyó, subrayando la frustración de quienes consideran que el sistema necesita un cambio urgente.

Ante estos datos, la historia de Yessenia Lozano no solo expone una inusual gestión dentro del Congreso, sino que también pone en luz la pregunta crítica: ¿hasta dónde se han desdibujado las líneas entre el servicio público y el favoritismo personal en el entorno político peruano?

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