Conflicto en la Amazonía: ¿Real o solo estrategia de Petro para tapar sus escándalos?

En medio de su escándalo político y de su imagen pública por los recientes revelaciones sobre su familia, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, decidió lanzar una polémica acusación contra Perú, alegando que “copó” parte de su territorio en la Amazonía y violó el Protocolo de Río de Janeiro. La declaración, hecha a través de su cuenta en X (antes Twitter), busca, según analistas, desviar la atención de los problemas internos que enfrenta su gobierno y fortalecer una imagen de confrontación con países vecinos.

El mandatario colombiano afirmó que de manera “unilateral y violatoria”, el Perú habría tomado control de las islas en la línea más profunda del río Amazonas, específicamente la isla Santa Rosa, ubicada en la zona de la triple frontera entre Perú, Brasil y Colombia. Petro alertó además que esta acción podría afectar la economía de Leticia, puerto amazónico de Colombia, y anunció que se utilizarán “los pasos diplomáticos para defender la soberanía” del país.

La respuesta peruana no se hizo esperar. La Cancillería, mediante un comunicado oficial, reafirmó que el territorio en cuestión pertenece a Perú desde hace más de un siglo. Recordó que el Congreso peruano aprobó en junio la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, y que dicha demarcación se encuentra bajo la soberanía peruana, amparada en el Tratado de Límites y Libre Navegación Fluvial de 1922 y en trabajos de la Comisión Demarcadora de Límites de 1929.

El canciller peruano, Elmer Schialer, aseguró que “Santa Rosa es peruano” y lamentó las declaraciones de Petro, sugiriendo que el presidente colombiano “probablemente no ha sido adecuadamente informado”. Desde Loreto, el gobernador regional, René Chávez Silvano, afirmó que “nunca hemos invadido territorio colombiano; Santa Rosa siempre le ha pertenecido al Perú”.

Por su parte, la Cancillería colombiana propuso la reactivación de la Comisión Mixta Permanente para la Inspección de la Frontera Colombo-Peruana (COMPERIF), planteamiento que fue criticado en Perú como un intento de dilatar y desviar la atención del conflicto. Sin embargo, el gobierno peruano reiteró que no hay ningún territorio colombiano en esa zona y que la soberanía peruana sobre Santa Rosa está plenamente respaldada por los tratados internacionales.

Lo que parece una disputa diplomática podría esconder, en opinión de muchos analistas, una cortina de humo. En los últimos días, se han divulgado rumores y chats atribuidos al hijo de Petro, Nicolás Petro, y a su exesposa, que revelan comportamientos cuestionables del mandatario en el contexto de su campaña presidencial. La periodista Vicky Dávila calificó las declaraciones de Petro como un intento de “armar cortinas de humo escandalosas para tapar los escándalos internos”.

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Este episodio recuerda conflictos previos entre ambos países, en particular los de julio de 2024, cuando Colombia afirmó que la isla “no pertenecía al Perú” y que estaba “ocupada irregularmente”. La respuesta peruana fue firme, y la disputa diplomática permaneció latente, en medio del contexto histórico establecido por los tratados de 1922 y 1934, que delimitan la frontera en la región amazónica.

¿Será este un conflicto real o solo otra estrategia de Petro para distraer la atención? El tiempo dirá si la tensión en la frontera se mantiene o se resuelve en la vía diplomática. Lo cierto es que la disputa por Santa Rosa, un territorio con historia y derechos firmes para Perú, continúa encendiendo las alarmas en ambos lados de la frontera.