China acusa a EE.UU. de acoso económico en la guerra arancelaria.

La tensión entre China y Estados Unidos ha escalado significativamente, con Pekín acusando a Washington de acoso económico en el marco de una creciente disputa arancelaria. En respuesta a los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, que alcanzan un 34% sobre productos chinos, el gobierno chino ha implementado contramedidas que incluyen restricciones a la exportación de minerales de tierras raras y la suspensión de importaciones de productos agrícolas de EE.UU., como el sorgo y las aves de corral.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, señaló la naturaleza "unilateral" y "proteccionista" de las acciones estadounidenses, argumentando que el enfoque de ‘America First’ no solo afecta a las relaciones bilaterales, sino que también es perjudicial para la producción global, las cadenas de suministro y el proceso de recuperación económica post-pandemia. “La presión y las amenazas no son la forma de tratar con China. China salvaguardará firmemente sus derechos e intereses legítimos”, enfatizó Lin.

Esta situación se produce en un contexto de fuerte reacción en los mercados. Las bolsas asiáticas experimentaron caídas dramáticas, con el índice Hang Seng de Hong Kong registrando un descenso del 13,22%, el más significativo en décadas. Estas pérdidas reflejan la incertidumbre económica generada por la disputa comercial, que ha dejado a muchas empresas en un estado de alerta.

En respuesta a las medidas de Trump, Pekín no solo ha igualado el arancel del 34%, sino que ha presentado una serie de acciones estratégicas ante la Organización Mundial del Comercio, manifestando su intención de proteger sus intereses comerciales. El 'Diario del Pueblo', órgano oficial del Partido Comunista, emitió un mensaje desafiante, afirmando: “El cielo no se caerá”, en un acto de reafirmación de la determinación de China frente a las presiones externas.

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Durante el fin de semana, altos funcionarios chinos se reunieron con representantes de empresas estadounidenses, incluidos Tesla y GE Healthcare, en un intento de abordar las tensiones. El viceministro de Comercio de China, Ling Ji, culpó a EE.UU. por las tensiones comerciales actuales, instando a las empresas estadounidenses a que “aborden el problema en su raíz” y trabajen en conjunto para mantener la estabilidad de la cadena de suministro global. Ling aseguró también que China sigue abierta a la inversión extranjera, reafirmando que “invertir en China es seguro”.

Con la escalada de las tensiones, el futuro de las relaciones comerciales entre ambas naciones sigue siendo incierto, y el desenlace de esta disputa podría tener profundas repercusiones para la economía global. Las declaraciones de los funcionarios chinos dejan claro que la voluntad de negociar está presente, pero subrayan la necesidad de un enfoque más equilibrado y justo por parte de EE.UU. para poder avanzar hacia un acuerdo constructivo.