Carla García anuncia alianza política para elecciones del APRA
- owenvalencia20
- 7 ago
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En un movimiento que ha generado atención en el panorama político nacional, Carla García, hija del fallecido expresidente Alan García, comunicó mediante su cuenta en la red social "X" (antes Twitter) su intención de formar una alianza con figuras relevantes del escenario político peruano. La joven política anunció su precandidatura junto a Javier Velásquez Quesquén y Humberto Abanto, con miras a las elecciones generales de 2026, en un llamado a "forjar una alternativa popular y provinciana".
La publicación estuvo acompañada de una fotografía en la que aparece junto a sus aliados, y en su mensaje enfatizó la importancia de construir una opción que represente las prioridades y necesidades de la población más allá de los circuitos tradicionales. La decisión de unir esfuerzos refleja, en parte, la intención de ofrecer una alternativa diferenciadora en el marco electoral que se avecina, en medio de un escenario de incertidumbre política y fragmentación de liderazgos.
Por otra parte, en el mismo periodo, exparlamentarios de renombre también han manifestado su disposición de participar de manera conjunta en la contienda electoral. Es el caso de Jorge del Castillo y Mauricio Mulder, quienes anunciaron que integrarán una misma plancha presidencial, con el objetivo de representar al Partido Aprista Peruano (APRA). Ambos dirigentes expresaron su voluntad de postular con candidaturas propias a la presidencia, destacando la decisión de competir en solitario, sin alianzas formales con otras agrupaciones.

Mauricio Mulder fue claro al señalar que, pese a las propuestas de otros partidos, el APRA ha decidido mantener su independencia. "No estamos en conversaciones para forjar alianzas. Nuestra organización ha decidido postular de manera autónoma, aunque aún estamos evaluando incluir invitados en nuestras listas de candidatos", afirmó. Esta postura responde, según analistas, a malas experiencias pasadas en coaliciones, como aquella con el PSOE y la Democracia Cristiana en 1985, que consideran circunstancial y no representativa de un proyecto consolidado.
Este escenario político refleja la tendencia de los partidos tradicionales a definir con claridad sus estrategias, optando por el camino de la independencia o alianzas selectivas, en medio de un proceso electoral que promete ser uno de los más disputados y variados en la historia reciente del Perú.