Ariana Orué: imágenes muestran relación familiar entre su asesor Renzo Basurco y su cuñada

La reciente emisión de Cuarto Poder, emitido el fin de semana pasado, surge una versión que podría reconfigurar la visión pública sobre la relación entre la congresista Ariana Orué y su equipo de asesoría. De acuerdo con la investigación presentada, Renzo Nicolás Basurco Echandía habría sido contratado como asesor II por la legisladora, cargo por el que percibiría un salario de aproximadamente 10 mil soles mensuales. Más aún, el reportaje sostiene que Basurco Echandía mantendría una relación sentimental con Shirley Orué, hermana de la parlamentaria, lo que podría generar un posible conflicto de intereses en la dinámica de su despacho.

La congruencia entre el testimonio de la propia Orué y las evidencias mostradas por el medio ha sido objeto de variaciones. Inicialmente, la congresista negó cualquier lazo de parentesco o afectivo con Basurco Echandía. Sin embargo, Cuarto Poder presentó nuevas pruebas fotográficas que, según el equipo de investigación, corroborarían la relación sentimental y, por extensión, ciertos beneficios institucionales vinculados al asesoría.

Entre los elementos que el reportaje señala como antecedentes relevantes figuran los indicadores de falta de experiencia previa del asesor en la función pública, una relación declarada entre Basurco Echandía y Shirley Orué, y la creación, en julio del presente año, de la empresa Africa Producciones Perú S.A.C., en la que podrían intervenir vínculos familiares y profesionales de interés público.

La cobertura también aborda denuncias previas que rodean a la pareja citada, incluida una serie de incidentes reportados en registro policial que describirían situaciones de manejo en aparente estado etílico. Ante estas revelaciones, la parlamentaria ha insistido en la existencia de una separación clara entre su labor legislativa y las relaciones personales de su círculo cercano, y ha pedido que las investigaciones periodísticas se circunscriban a hechos verificables y documentados.

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Este tema, que ya había generado críticas y cuestionamientos sobre la transparencia de las contrataciones en su despacho, vuelve a abrir el debate sobre la gobernanza ética, la supervisión de funciones y la necesaria claridad en la relación entre intereses personales y la gestión pública. En las próximas semanas, se esperan declaraciones oficiales y, posiblemente, respuestas de las autoridades competentes para esclarecer los hechos y determinar si existieron o existen conflictos de interés que ameriten revisión institucional.